El ex presidente boliviano viajó a México en condición de asilado desde el pasado 11 de noviembre, luego de verse forzado a dejar su cargo de mandatario en esa nación.
El Gobierno de México expresó este lunes 23 de diciembre su preocupación por la «presencia excesiva» de personal de inteligencia y seguridad bolivianos que vigilan la residencia del Embajador y la Embajada de México en Bolivia, desde el pasado 11 de noviembre.
El Ejecutivo azteca a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), exhortó a través de un comunicado «a las partes que integran al Estado Plurinacional de Bolivia para respetar y cumplir las obligaciones del Estado boliviano respecto del artículo 22 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas».
En este documento, se establece que «los locales de la misión son inviolables», por lo que los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos «sin consentimiento».
Además, señala que el Estado receptor tiene la obligación de «proteger» los edificios en cuestión contra toda intrusión, o perturbación de la tranquilidad.
La SRE expresó que confía en que «se respetarán la inviolabilidad de los inmuebles diplomáticos y se llevarán a cabo las medidas correspondientes para garantizar el resguardo y la protección de la integridad física del edificio de la Misión Diplomática tanto interior como exterior, así como de los agentes diplomáticos acreditados».