«En el año 2020 el Estado venezolano aplicó una estrategia de reducción de peso en los combos. De hecho, eliminó las cajas y las convirtió en bolsas. Pasamos de unos 11 kilos en 2019 a cerrar en diciembre de 2020 en 5,6 kilos», afirma Edison Arciniega, director ejecutivo de Ciudadanía en Acción
En 2016 el gobierno de Nicolás Maduro comenzó a implementar el programa CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) para distribuir alimentos a precios subsidiados y en respuesta a la denominada «guerra económica». Según la agencia estatal AVN, nacieron en el estado Yaracuy, como una respuesta popular a la especulación. Los CLAP, como organizaciones comunitarias, tenían la tarea de distribuir alimentos casa por casa.
Pero poco a poco la oferta de alimentar a las familias fue quedando en palabras. Ya en agosto de 2019, Edison Arciniega, director ejecutivo de Ciudadanía en Acción, afirmó: “Tenemos un CLAP que en el mes de enero logró cubrir 54.76% de la familia y suministrar seis millones de cajas y que en el mes de julio cerró con 46.73% de la familia y 3.800.000 cajas”. En la reseña de Tal Cual, Arciniegas alertó sobre la imposición de condiciones para acceder a la caja.
Arciniegas afirmó, este miércoles 3 de febrero, que el CLAP hoy día solo representa 7% de los alimentos disponibles.
-¿Por qué tan bajo?
-En el año 2020 el Estado venezolano aplicó una estrategia de reducción de peso en los combos. De hecho, eliminó las cajas y las convirtió en bolsas. Pasamos de unos 11 kilos en 2019 a cerrar en diciembre de 2020 en 5,6 kilos.
Definitivamente, asegura, «la ruta de los CLAP y de los combos proteicos CLAP va en desaparición». No ha logrado suministrar «ni 10% de los alimentos disponibles en el país» y está concentrado en Caracas.
El analista considera que el Estado va a priorizar la entrega «de empresas monetarias directas por encima de la entrega de alimentos». Las transferencias llegan «a más de 80% de los hogares, mientras el CLAP está en torno a 40%».
-¿Qué consecuencias puede tener la desaparición del CLAP?
-Ninguna. Los venezolanos durante 2020 aprendieron a vivir sin CLAP. El gran tema es que el ciudadano está empezando a recuperar su autonomía en términos mentales. Parece estar empezando a organizarse con base en sus capacidades y no con base en lo que el Estado le puede dar.