La tristeza dura meses. La depresión, en cambio, se puede mantener toda la vida, señala Karina Paredes, del centro de bienestar En Persona
Una persona que dice estar “depre” puede ser que esté triste y no deprimida. O una persona que esté triste a lo mejor está “depre” y no sabe.
Lo que parece un trabalenguas no lo es: Tristeza y depresión no son lo mismo, aunque se parezcan bastante, explica Karina Paredes, del centro de bienestar En Persona.
La intensidad es una de las cosas que diferencia la tristeza de la depresión. También, la necesidad de terapia.
“Una persona triste deja sus actividades sociales, no tiene ganas de ir a trabajar, llora con frecuencia, tiene malestar en el cuerpo; es muy parecido a lo que siente la persona con depresión”, detalla.
Pero la duración es diferente. Sanamente la tristeza –por pérdida del trabajo, muerte, separaciones- puede presentarse por seis a ocho meses. La depresión, en cambio, se puede mantener “toda la vida”; una persona puede funcionar, aunque carga encima con un gran desánimo y dolor. Hay gente que la llama “la manera más lenta de morir”, señala Paredes. El diagnóstico diferencial lo debe hacer un profesional calificado.
¿Cuándo pedir ayuda? “Cuando te sientes triste, cuando la vida no es productiva, cuando necesitas un gran esfuerzo para hacer algo básico”, plantea. Cansancio crónico, apatía, irritabilidad, llanto… A lo mejor alguien que parece ser gruñón en realidad está deprimido.
Qué hacer si me siento triste: “Es importante conectarse con los amigos, no dejar la vida diaria, darse el espacio para agotar el sentimiento. Tratar de ver la luz al final del túnel, ver que es algo pasajero”.
Qué hacer si me siento deprimido: “Es muy importante pedir ayuda al familiar o amigo más cercano, porque por cuenta propia es poco posible que la busques”, dice Paredes. Es preciso apoyarse en redes familiares, amigos, grupos de soporte. De ser requerido, uso de fármacos.
En ambos casos ayudan la recreación, la expansión, las carcajadas y la meditación. Otra herramienta es la buena alimentación, aprender cosa diferentes, mover el cerebro con actividades como idiomas y cocina.