Carlos Wizard Martins, empresario brasileño, tiene una red de voluntarios a través de la cual logró reubicar, desde agosto a 3 mil venezolanos. El multimillonario, quien nunca ha estado en Venezuela, dice ser criticado por ayudar a venezolanos y no a brasileños
Las ciudades de Pacaraima y Boa Vista, próximas a la frontera entre Venezuela y Brasil, resultaron saturadas con la llegada de más de 120.000 venezolanos desde 2016. Trece refugios dan cobijo allí a casi 7.000 migrantes, mientras otros miles duermen en las calles.
Carlos Wizard Martins, empresario brasileño dueño de un conglomerado de más de 20 industrias, para aliviar la situación propuso trasladar a los migrantes a otros estados, aumentar sus oportunidades y evitar la sobrecarga de Roraima.
El Gobierno brasileño desplegó una operación con la que ha transportado a 8.755 venezolanos desde febrero de 2018. Martins y su red de voluntarios a otros 3.000 desde agosto del mismo año.
Para acelerar el proceso cerró un acuerdo para utilizar los asientos vacíos de las tres aerolíneas que viajan desde Boa Vista.
Martins analiza el perfil de cada familia para recolocarla a través de su red de voluntarios quienes apoyan a los migrantes hasta que consiguen empleo y asegura que en 90% de los casos, son empleados en 60 días.
Insiste en que este proceso no puede tener una visión asistencialista, concepto que él ve arraigado en los venezolanos que ayuda.
Dice ser criticado por ayudar a venezolanos y no a brasileños pobres. «El pobre siempre existió y siempre va a existir, pero un refugiado está llegando aquí con la ropa del cuerpo (…) Es una situación de alta vulnerabilidad».
Martins, quien recientemente creó en Brasilia un frente interreligioso, considera que «si una iglesia refugia a tres mil personas, con diez (iglesias), vacío los refugios». Su misión en Boavista, asignada por la iglesia mormona de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días termina en junio de 2020.
Para los medios brasileños Carlos Wizard Martins es un empresario que se hizo a sí mismo, quien entró al club Forbes en 2014, esos mismos medios aseguran que para los migrantes venezolanos, a quienes ayuda en Brasil, este multimillonario es una oportunidad para comenzar de nuevo.
Martins, de 62 años, se mudó en agosto de 2018 con su esposa de Sao Paulo a Boa Vista, capital del fronterizo estado de Roraima, para cumplir la misión de su iglesia, misma que frecuenta desde que era adolescente en su natal Curitiba, al sur de Brasil.