Aumentar el salario, anclarlo a una moneda dura y ajustarlo cada tres meses es la propuesta de gremios y sindicatos. «Estamos en una economía en la que hasta el IVA, que es un impuesto muy agresivo y masivo, está indexado», subraya el profesor Luis Crespo, economista y vicepresidente de la Asociación de Profesores de la UCV
Podrá ser una palabra muy técnica, pero la indexación es hoy una demanda de trabajadoras y trabajadores venezolanos que acompaña las protestas en todo el país. Las manifestaciones de este año comenzaron con la exigencia de indexación en boca de dirigentes gremiales como José Gregorio Afonso, presidente de la Asociación de Profesores de la UCV (Apucv) y Eduardo Sánchez, presidente del Sindicato de Trabajadores de la UCV.
«Queremos salario digno; es decir, que cubra las necesidades familiares. Indexado; es decir, que no nos lo vayan a devaluar. Y tiene que ser concertado. Y en medio de esa mesa de negociación que se discuta la negociación colectiva de todos los sectores y libertad sindical», subrayó este lunes Keta Stephany, directiva de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv). El mínimo-mínimo «es la canasta básica», reiteró. «Y tiene que ser indexado».
La indexación, como la conceptualiza la Organización Internacional del Trabajo (OIT), es el incremento automático del salario en un periodo determinado con base en la inflación. En el caso venezolano, con las distorsiones económicas ampliamente conocidas, ¿cuál sería el mecanismo?
El profesor Luis Crespo, economista y vicepresidente de la Asociación de Profesores de la UCV (Apucv), puede dar clases de economía en la calle, porque mientras marcha para solicitar la indexación salarial se encarga de buscar propuestas para materializarla. «Estamos en una economía en la que hasta el IVA, que es un impuesto muy agresivo y masivo, está indexado. Creo que con las distorsiones económicas en términos de la inflación y las distorsiones cambiarias la única forma de que los trabajadores que reciben salario en bolívares no vean, en medio de ese escenario, pulverizado su poder de compra es con un método de indexación», explica. La distorsión «es producto de la nefasta política económica, que no logra estabilizar el tipo de cambio ni la inflación».
-¿Con cuál método?
-Tendrías que buscar un valor referencial y anclar el salario a un valor en una moneda dura. Tienes que definir, por ejemplo, si el salario va a ser de 150 dólares, y un mecanismo de medición de la inflación, y definir un ajuste trimestral. Debería ser de la inflación en dólares y no de la inflación en bolívares porque estamos hablando de dos monedas. Se trata de anclar a una moneda fuerte y utilizar el índice de inflación de esa moneda que estás utilizando.
-¿Hay dinero para eso en el país?
-El problema con la información macroeconómica del país es la opacidad. No podemos ponernos nosotros a asumir el discurso de que no hay dinero en un país donde se ocultan las cifras oficiales, el paralelismo fiscal está día a día y el presupuesto de la nación no es creíble y es inconsistente.
Recuperación del salario
José Gregorio Afonso ha señalado que se debe cumplir con el artículo 91 de la Constitución (salario igual al costo de la canasta básica), pero también ha planteado que, de no satisfacerse esa expectativa (unos mil dólares al mes o su equivalente en bolívares), «tendría que acordarse un plan de recuperación del salario» con base en un plan de recuperación de la economía. El gobierno debería decir «vamos a comenzar con este aumento, esto va a ser este camino, vamos a trabajar de esta manera, por ejemplo». Un camino sería un aumento salarial «y les vamos a restablecer todas las primas salariales derogando el instructivo Onapre. Es acuerdo. Tiene que haber acuerdo. Los trabajadores venezolanos no tienen un conflicto como un fin en sí mismo; es un medio para alcanzar un fin.