De acuerdo con las estimaciones de Conindustria, 40% de las 2.500 compañías que estaban operativas en diciembre de 2018 no sobrevivirán este año
Presión fiscal voraz, corte de financiamiento con el incremento del encaje marginal para la banca y falta de actividad comercial por los apagones, el horario especial y los días no laborables, son algunos de los factores que amenazan la existencia del sector industrial, según el presidente de la Confederación de Industriales de Venezuela (Conidustria), Juan Pablo Olalquiaga.
En entrevista con Contrapunto, explicó el representante de Conindustria que para diciembre de 2018 quedaban unas 2.500 empresas industriales de las 12.700 que existían cuando el difunto presidente Hugo Chávez asumió la presidencia en 1999.
«Esas 2.500, que son una quinta parte de lo que había, estaban trabajando a su vez a 23% en forma agregada, es decir, que el sector industrial en su conjunto está trabajando como 5% en términos de transformación de lo que se hacía en 1999. A su vez, las cadenas industriales, en todo lo que es siderurgia, petroquímica y agroindustria han sido en gran medida destruidas», explicó Olalquiaga.
Explicó que son dos los factores relevantes que afectan a la industria en 2019:
En primer término, el incremento del encaje marginal para la banca que pasó de 60% en agosto de 2018 a 100% a finales de enero, por norma del Banco Central de Venezuela (BCV), que «cortó las posibilidades de tener acceso a financiamiento».
«No se puede subsistir en la medida que no se tiene cómo pedir prestado para reponer capital de trabajo», manifestó.
Y el segundo es el incremento de impuestos que se adoptó en agosto del año pasado, cuando se llevó el IVA y el ISLR a que se calculara de forma diaria y se enterara de forma semanal y, además, en el caso del IVA con un anticipo de la semana posterior a la cual se hace el pago, lo que significa que las empresas están pagando impuestos sobre transacciones que no han cobrado ni materializado.
«Entonces cuando tienes el capital secuestrado por una recaudación fiscal tan voraz y te cortan el financiamiento, especialmente cuando lo que estás vendiendo es muy poco por el empobrecimiento de la población, las posibilidades de que las empresas subsistan son muy pequeñas», advirtió.
Según Olalquiaga, en este escenario el gran problema no está en la capacidad de fabricar, la cual no se ha afectado tanto porque si ya se venía trabajando a 23% con que se trabaje una semana se tiene, mientras que «para vender el problema es muy grave».
«La paralización que se ha tenido este año en la economía es dramática», agregó.
¿Tienen las empresas alguna otra alternativa para acceder a financiamiento?
–Una opción a la cual podrían acudir es a la emisión de deuda pública, es decir, que las empresa emitan bonos o papeles comerciales bajo la Superintendencia Nacional de Valores (Sunaval). Eso es algo que existe todavía y es viable porque las cajas de ahorro de las compañías disponen de fondos suficientes como para poder adquirir esa deuda. Ahora la formalidad que conlleva el hecho de poder estar inscrito en la superintendencia es muy grande.
Sin duda, es un mecanismo que existe pero son pocas las empresas que pueden acceder.
¿Cuál es la deuda que tiene el sector industrial con los proveedores extranjeros y cuánto estiman se necesita para recuperarlo?
–12 mil millones de dólares es la deuda del sector industrial con los proveedores extranjeros (…) Esas deudas todavía están abiertas y hay proveedores que simplemente no quieren saber nada de Venezuela. Si se pagaran, se queda en cero, pero no se ha dado un dólar para nuevos anticipos de materia prima ni para traer repuestos ni nada.
Luego del pago, sin duda, tendría que tener acceso a reposición de capital de trabajo y hay una estimación de entre unos 15 mil y unos 20 mil millones para reponerlo y recuperar niveles operativos del parque industrial.
Si fuesen solo 15 mil millones y se le suman los 12 mil millones de la deuda se necesitan 27 mil millones de dólares como para poder poner en marcha una parte del parque industrial, porque hay una cantidad de empresas que cerraron irremediablemente y no hay posibilidad de recuperación.
¿Están las industrias en capacidad de pagar el aumento salarial decretado por el Ejecutivo?
–En gran medida, las empresas del sector industrial, salvo las que tengan controles de precios muy férreos, están pagando muy por encima de esos niveles.
¿Se abre una ventana para las empresas en cuanto al acceso a las divisas con la activación de las mesas de cambio?
–Las mesas de cambio tienen ventajas y desventajas. Tenemos que ver cómo opera el nuevo sistema. Si se puede llegar al banco y vender y comprar libremente sin duda que es una ventaja porque permite la formalidad de registrar en la contabilidad el precio al cual se hizo la transacción.
¿Cuál es la posición de Conindustria ante la posibilidad de ir a paros escalonados?
–El paro no es una herramienta política que sirva para este conflicto ni generaría ningún tipo de impacto mas allá de incrementar las posibilidades de quiebra de las empresas que van quedando.
Finalmente, el presidente de Conindustria reiteró que en la medida que no haya un cambio político que estructure un cambio en la economía no hay ninguna posibilidad de que se frene el proceso de deterioro.
«La solución pasa exclusivamente por tener un cambio político que nos devuelva a la legalidad y a la institucionalidad del Estado«, manifestó.