El capitán de corbeta, Rafael Acosta Arévalo, dejó dos hijos huérfanos, de 4 y 12 años respectivamente
El presidente de la Asamblea nacional (AN), Juan Guaidó, lamentó este domingo 30 de junio la muerte del Capitán de Corbeta, Rafael Acosta Arévalo, hecho que calificó como un asesinato en manos de funcionarios no venezolanos dentro de las Fuerzas Armadas.
A su vez, llamó a los compañeros de armas de Acosta Arévalo a que se pongan del lado de la Constitución y rechacen las torturas, así como los señalamientos de Gobierno nacional, «que montaba cuentos para manchar el nombre de este capitán de corbeta y de sus compañeros en armas, como lo han tratado de hacer contra todos aquellos que se oponen a Nicolás Maduro».
Guaidó denunció que «no es la primera vez que denuncian torturas de este tipo en el país a manos de funcionarios no venezolanos dentro de las Fuerzas Armadas». También citó los casos del concejal Fernando Albán y del inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Óscar Pérez.
Además, señaló que conversó con la viuda del Acosta Arévalo pero lamentablemente no tenía palabras para consolar a una madre y esposa que acaba de perder a su compañero de vida. El capitán de corbeta dejó dos hijos huérfanos, de 4 y 12 años respectivamente.
Sin embargo, le pidió no llenar su corazón de odio y dejar todo en manos de la justicia que hará la reconstrucción de Venezuela.
«El resentimiento, la persecución, la tortura es lo que tiene lleno de odio a este país y lo vamos a resolver», apuntó.
Finalmente, destacó que Acosta estaba desaparecido desde el martes 25 de junio cuando se encontraba en compañía de otros seis oficiales.