Hace 10 años el poeta y cantautor yaracuyano se despidió del plano terrenal, pero dejó para la música venezolana, la sencillez y el sentimiento, convertido en canciones
Un 13 de diciembre de 1935 nació, en Yaritagua (Yaracuy), “el pintor musical de América Latina”, Otilio Galíndez.
Así lo define la cantautora venezolana, Lilia Vera, quien compartió con Otilio el placer de interpretarlo y de quererlo como amigo “sensible y sencillo”.
“Era muy introvertido, excepto para la composición. Cuando Otilio escribía, con muy pocas palabras, decía todo … combinaba la palabra y la musicalidad”, señala Lília Vera en entrevista exclusiva para Contrapunto.
Morella Muñoz, Jesús Sevillano, El Cuarteto, Ensamble Gurrufío, Mercedes Sosa, Pablo Milanés, Esperanza Márquez, Cecilia Todd, entre otros, son algunos de los intérpretes del poeta yaracuyano.
CANDELARIA
Lo define como un hombre de izquierda y asevera que sus canciones no son panfletarias, pero si son de denuncia.
Para Lilia Vera Pueblos Tristes es una canción que sigue vigente y que refleja la realidad de muchos países de América Latina, “aunque él decía que los pueblos no son tristes porque quieren, sino porque los han hecho ser tristes”.
PUEBLOS TRISTES
Otilio llegó a Caracas durante la década de los 50, y comenzó a trabajar en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Fue en la Casa que Vence las Sombras, donde desarrolló su carrera musical, al lado del Orfeón Universitario, codeándose con músicos de la talla de Antonio Estévez y Modesta Bor.
“Él era el novio de la navidad en nuestro país, porque era un parrandero en esencia” agrega Vera, quien recuerda que la “Luna Decembrina” o “La Restinga” sonaron primero en los pasillos de la UCV con un grupo fundado por el poeta llamado “El parrandón universitario”, conformado por docentes y trabajadores ucevistas.
LUNA DECEMBRINA
Su sensibilidad le permitió esbozar en versos y música la naturaleza venezolana con emotividad y sencillez.
Él siempre andaba con su cuatro en la mano, cuenta Lilia quien fue su vecina en Los Rosales, en Caracas, pero nunca lo supo hasta más de 30 años después.
“Cuando yo tenía como 11 años, yo vivía en Los Rosales. El balconcito de mi casa, daba hacia una casa de 3 pisos, y mi papá me decía ‘escucha lo que tocan en esa casa’ porque siempre había música y fiestas”, explica la cantautora quien aclara que descubrieron en 1995, más de 30 años después, que quien vivía en aquella casa era Otilio.
“Quizás no era un académico pero fue realmente un gran pintor de la palabra y la musicalidad”, agrega.
AHORA
El 13 de junio del 2009 Otilio Galíndez se despidió del mundo terrenal, pero la vigencia de sus metáforas y acordes se mantiene, porque sus canciones son un reservorio de integración humana” señala Lilia Vera.
Asegura que cada tema de Otilio nos recuerda una realidad y una Venezuela que fue la vida de él, en el momento actual. Cuando le preguntamos qué pieza del cantautor le dedicaría a Venezuela, ella responde: le dedicaría “Caramba” porque en ella se expresa desde la queja hasta el amor.
Otilio Galíndez puede no estar físicamente “pero espiritualmente siempre anda conmigo, porque él era un militante de la vida (…) no puedo hablar de él en pasado, porque él se le sembró a uno en el alma”, aseveró.
CARAMBA