Hoy viernes 9 de febrero debe salir la propuesta de calendario electoral 2024 que el Poder Legislativo ofreció tener y para lo cual llamó a un proceso de consulta
Para saber cuáles son las características mínimas que debe poseer un Cronograma Electoral, a propósito de la consulta que realiza el Poder Legislativo con distintos sectores de la sociedad al respecto del tema, consultamos a Eglée González Lobato, experta en procesos electorales, exfuncionaria del Consejo Nacional Electoral y profesora Universitaria.
La primera pregunta que se nos ocurrió fue: ¿Qué debe tener ese calendario electoral?
“Lo primero que hay que decir es que ese calendario electoral es una hoja de ruta y lleva diferentes etapas y debe empezar con la convocatoria. Uno de los aspectos vitales es el número de días y el número de actividades. Estas han variado desde el 2015 hasta esta fecha, en algunos cosos de modo sustantivamente y en otros no tanto”, señala González Lobato.
-¿Cuántos son los días?
-Debe respetarse el número de 180 días que debería ser el referencial de lo que debe durar un proceso electoral. Esos 180 días se corresponden con los seis meses en los cuales no debería producirse ninguna modificación de la normativa electoral.
Explica la experta que con anterioridad a la Ley Orgánica de Procesos Electorales del año 2009 (LOPE), la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política “tenía una normativa mucho más clara. Para una elección presidencial te hablaba claramente que tenía que celebrarse en la primera quincena de diciembre y luego tenía artículos complementarios, que uno podía concluir que una elección no debería tener menos de seis meses. Seis meses era una fecha prudente”.
“La Ley Orgánica de Procesos Electorales no tiene con esa claridad y el artículo 298 de la Constitución que hace referencia al tema crea una reacción un tanto extraña. Quien lo interpreta de manera literal dice que ahí no se establece que una elección debe de tener seis meses. Sin embargo, quienes hemos trabajado toda la vida en el tema electoral, entendemos que el espíritu del legislador, en consistencia con lo visto durante tantos años, asume los seis meses como mínimo”, analiza la experta.
Agrega que en el pasado las múltiples modificaciones de las leyes electorales evitaban la necesidad de modificar la Constitución y la “actividad participativa de la ciudadanía frente a los procesos electorales fue teniendo mucho calor.
“El Cronograma Electoral debe tener como su primera actividad la convocatoria, porque a partir de ella tienes por lo menos 30 días para publicar el Registro Electoral, es decir que se hace una jornada especial para la inscripción que te va a producir un registro preliminar que luego se convierte en un Registro Electoral definitivo”, insiste.
Los pasos siguiente son las auditorías que empiezan con el Registro Electoral y en total “son 14 auditorías y le tienes que agregar la Auditoría de Verificación Ciudadana al cierre de las mesas electorales el día de la votación”.
La consultora internacional en Participación Ciudadana, Elecciones y Democracia señala que ese cronograma también debe contener el tiempo para las postulaciones y llama la atención sobre lo que considera “una mala práctica del Consejo Nacional Electoral que cuando no te dice que tienes una fecha para convocar, lo ha hecho aventajándose en el momento en que pueda ganar la elección el oficialismo”.
“Uno de los actos muy importantes es el lapso de la postulación. Tienes admisión, tienes rechazo, tienes modificación y la sustitución de esas postulaciones, que es un lapso muy importante, porque en la medida que lo acortes, en esa medida no le das tiempo, a quién puede realmente postular”, explica.
El otro paso es la campaña electoral que en los últimos procesos electorales no ha sido más de un mes. Agrega la rendición del financiamiento de los de la de los partidos por la campaña.
Luego debe resolverse la Observación Internacional, “que ahora se llaman programas de veeduría, pero la importancia no es tanto que se llame observación o se llame acompañamiento; lo importante es cuál es el alcance de las funciones que ejerce o de la competencia que tiene el observador internacional”.
-Y… ¿la observación nacional?
-El observador nacional parece que son parámetros en Venezuela que no tienen mucha complicación, pero el observador internacional, lo importante es el acuerdo que se haga con el Consejo Nacional Electoral como sucedió con la misión de la UE en 2021, donde se determinó la capacidad de movilización por todo el territorio nacional, la posibilidad de hacer observaciones antes de la finalización del proceso o generar las conclusiones y que sean públicas. La posibilidad de reunirse con los actores políticos y por supuesto la seguridad que es a cargo pues del Consejo Nacional Electoral.
-¿Cómo sería la participación internacional en este caso?
-Los observadores internacionales quedaron establecidos en el Acuerdo de Barbados. Son dos acuerdos, pero con tres objetivos. Uno de ellos se refiere a las condiciones electorales y allí se hace referencia a cuáles son esos observadores que deberían ser invitados en este proceso presidencial. No todos los organismos electorales internacionales están en la capacidad de generar la misma operatividad técnica, entre ellos.
-¿A qué se refiere?
-La observación internacional de la Unión Europea se rige por estándares internacionales y ellos hacen una observación integral, es decir, que llevan pasos previos al proceso electoral en sí mismo. Desde el inicio del proceso, llegan antes del proceso, antes de la fecha de la elección. Están durante todo ese tiempo, están el día de la elección y están después del proceso electoral… ¿Por qué? Porque ellos no estarían de acuerdo en venir únicamente a presenciar el acto de votación porque tienen tal capacidad técnica que necesitan ver las auditorías. Eso se amplió significativamente con la elección regional 2021 en donde, se permitió una observación amplia, independientemente del acompañamiento.
-La legislación venezolana no prevé la observación sino los acompañantes…
-Hasta el 2006 se mantenía la expresión Observación Internacional y luego por una tendencia que lideró México, que estaba basada en el principio de la Autodeterminación de los Pueblos, se fue copiando esa expresión que no tenía observación, sino acompañamiento. Eso tenía que ver un poco con las limitaciones que los órganos electorales veían necesarias al momento la totalización.
-Hay un celo en este momento crucial del proceso.
-Las salas de totalización tienen un protocolo muy delicado y siempre -incluso mucho antes del año 98- se generaban problemas al momento con los observadores internacionales, llegado al momento de la totalización de los votos. Eso generó en distintos países esa tendencia a limitarle el espacio a quienes son invitados extranjeros. Sin embargo, luego de 15 años en las elecciones regionales se entendió la necesidad de acoplarse a las exigencias de la Unión Europea.
Eglée González Lobato se apura en diferenciar los tipos de observación que hacen los actores internacionales y señala que “no es lo mismo el Centro Carter, no es lo mismo la ONU y tampoco es igual la Unión Africana. Ellos no necesariamente requerirían tal tiempo porque no tienen capacidad técnica”.
“La Unión Europea siempre habla entre cuatro meses y mínimo 90 días para poder estar en el país y aceptar la observación internacional”, precisa.
-¿Debe incluir los procesos de primarias de los partidos?
-Un cronograma no tiene previsto esa esas actividades. Eso es problema de cada partido. Con anterioridad era muy claro que la campaña para unas elecciones internas no era campaña electoral propiamente, entonces no podías sancionar a un partido por campaña anticipada porque eran para sus primarias o sus internas. De manera que no era castigado y podía hacerlo. Lo que sucede es que si tú no das tiempo entre la convocatoria a elecciones y el proceso mismo de la elección, no permites que los partidos puedan hacer sus procesos.
Hablando del Registro Electoral
En la consulta llegamos al el tema del Registro y Electoral frente a los Eglée González Lobato hace una apreciación inicial: “Este asunto ya no es solamente técnico, sino también de voluntad política”.
“El Registro Electoral es permanente de hecho antes en la legislación anterior era se abreviaba REP y la ‘P’ se le quitó porque era redundante, es decir, siempre el registro será permanente. Eso quiere decir que te puedes actualizar y te puedes inscribir en cualquier momento. El tema es que eso es en las 24 oficinas de registro de cada entidad”, aclara.
A analizar el escenario concluye que el “gran” problema se tiene “con el Registro Nacional y los jóvenes mayores que no van al registro. Eso tiene que ver porque no es amigable”.
“Tal como está concebido el registro, que se entrega la documentación en las capitales de los estados, eso se le complica a cualquier muchacho de Valle de la Pascua que tiene que ir a San Juan de los Morros. Ejemplos como ese hay muchos”, indica.
Agrega que se aspiraba que el Consejo Nacional Electoral, en su deber se educar y de transmitir a la ciudadanía la información sobre los procesos “tenía que organizar jornadas especiales de Registro Electoral”.
“Esas jornada especiales deben estar orientadas a generar mayor infraestructura, tanto desde el punto de vista de las oficinas itinerantes, distintas a las de la oficina principales, para facilitarle con una disponibilidad tecnológica, de máquinas al servicio de los jóvenes y la ciudadanía, para que sea más fácil y motivado ir a inscribirse y formar parte del registro”, señala la profesora universitaria.
Aclara que “esta deuda con tres millones de jóvenes es un problema, no solo imputable al CNE, sino también a la falta de mecanismos motivacionales efectivos de todos los actores políticos”.
“El corte, por ejemplo, para el referendo en defensa del Esequibo se hizo el 22 de octubre del 2023. Si hay una convocatoria el corte lo van a hacer a los 30 días según la ley. Entonces antes de esa fecha se hacen esas jornadas y lo importante es que esas jornadas especiales tuvieran anticipación”, explicó.
-¿Cuál sería el corte en este momento?
-En este caso el corte del registro te da un total de 21.027.616 electores de los cuales 20.801.620 son venezolanos, 225.500 son extranjeros y 107.496 son venezolanos en el exterior.
La experta electoral se detiene un momento en su respuesta solo ara afirmar que “la cifra de 107.496 en el exterior es dramática”.
“Allí se imponen más decisiones de carácter político, porque quienes están afuera por lo general son votos en contra del oficialismo. Luego solo pueden votar en aquellos consulados de países donde mantienes una relación. Si hay ruptura de las relaciones con el Gobierno de Maduro allí no se va a votar”, advierte.
-¿Es posible un voto digitalizado?
-Hablar de un voto digitalizado en el exterior es extraordinariamente complicado, porque lo primero que hay que hacer es una facilitación para que el venezolano fuera de su frontera vote. Se incorporó una norma en el 2006, estoy casi segura que fue reglamentaria, donde se vinculaba el ejercicio del voto de los venezolanos en el exterior a una legalidad de su permanencia en el Estado donde se encontraba. La mayoría de la gente no tiene ese estado de legalidad. Eso no es un problema de Venezuela, es un problema de muchos países de América Latina. Hay países que ni siquiera contemplan ese voto de nacionales en el exterior. Esa teoría era basada en que los derechos no son absolutos y por lo tanto se podían exigir condiciones para que pudiera ejercerlo.
“Es poco probable que el propio Consejo Nacional Electoral promueva una digitalización, pero más por razones políticas que por otras. Así como los migrantes son tratados como enemigos de guerra, el que está fuera por lo general va a ser un voto en contra”, sentencia.
-¿Es sana para la democracia la consulta que hace la Asamblea Nacional para proponer un calendario electoral?
Ante la pregunta Eglée González Lobato se detiene a pensar y pide permiso para hacer una reflexión inicial.
-Por eso es tan importante esta elección presidencial. Esta elección pudiera ser una vía para transitar hacia una reconciliación en el país, una convivencia democrática, un desahogo de las presiones internas y contribuir a un gobierno casi que compartido para poder lograr esos propósitos que requiere el país. Digo esto porque la Asamblea Nacional no es lo que debería ser. Eso que está haciendo la Asamblea Nacional no estaría mal si no fuese mayoritariamente oficialista. Si bien es cierto que las actividades electorales o la competencia electoral es exclusiva y excluyente del Consejo Nacional Electoral, no estaría de más un aporte de las consultas a los diferentes grupos de la sociedad civil, los grupos de activistas políticos diferentes, que pudiera emprender la Asamblea Nacional.
-Entonces… ¿No está bien?
-Hay verlo cuando caemos en la otra realidad. Es que el Consejo Nacional Electoral tiene un alto grado de desconfianza y de negación. Quien lo preside es el Excontralor General de la República, quien dio la orden de inhabilitación a quienes adversan al Gobierno.
“Una consulta no se puede negar, lo que no puede ser es que el Consejo Nacional Electoral sea un subalterno del Parlamento porque eso no tendría sentido. El Poder Electoral reside en el Consejo Nacional Electoral, ni siquiera en el Tribunal Supremo de Justicia en Sala Electoral y en sala política Sala Constitucional, entonces lo que debe hacerse en todo caso es enviar las consultas que se hicieron como un material adicional para que el Consejo Nacional Electoral tome las decisiones que toma”, advierte.