Estas bandas quieren dominar el sector para expandirse a otros territorios.
En los primeros 4 meses del año se han registrado más de 22 muertes en el Barrio José Félix Ribas y zonas aledañas debido al conflicto entre bandas, lo que representa el 60% del total de muertes violentas que han ocurrido en el municipio Sucre, según cifras hasta el mes de marzo que lleva la iniciativa de periodismo de datos, Monitor de Víctimas y cifras según conteo periodístico del mes de abril sobre hechos de violencia en esa localidad.
Estos alarmantes números, obligaron a los organismos de seguridad a mantener un operativo constante en la parroquia Petare del municipio Sucre, con el objetivo de dar con el paradero de estos grupos delictivos que se disputan el territorio y, en medio del conflicto armado, asesinan a inocentes.
El problema principal al que se enfrentan las autoridades es al apoyo por parte de una minoría de la comunidad que controla los servicios, distribución de la bolsa de Clap y que son aliados de estas bandas. Estas personas serian responsables de organizar protestas, pasar comunicados y de intentar crear esa matriz mediática negativa alrededor de los organismos de seguridad con el fin de que Wilexis pueda volver a caminar las calles del barrio y continuar con su actividad criminal.
Múltiples denuncias de comerciantes y habitantes del sector han dejado en evidencia el modus operandi de esta banda que obliga a sus habitantes a protestar, como se hizo en la Cota 905 y El Cementerio en el año 2016, con la finalidad de hacer creer que la gente rechaza a la policía y que el gobierno se vea en la necesidad de llegar a una tregua o a lo que se conoce como “Zona de Paz”.
Las zonas de paz no son más que un convenio hablado, no tipificado en ninguna ley, donde se llega al acuerdo que los organismos de seguridad no ingresen a determinada área a cambio de mantener la paz y disminuir los índices delictivos en ese lugar. Por experiencias anteriores, ese plan es un rotundo fracaso que solo ayuda a las bandas a crear alianzas, fortalecer su estructura y seguir expandiéndose.
En la zona donde opera la banda de Wilexis, comerciantes han sido obligados a bajar sus santamarias y hasta han sido amenazados para que no trabajen los días que ellos digan. También han amenazado a transportistas y líneas de moto taxi para que se unan a las protestas, de lo contrario corren el riesgo de perder sus vehículos y hasta la vida.
Algunos, no todos, de los miembros de los consejos comunales de José Félix Ribas mantienen la alianza con Wilexis ya que él es quien los ayuda a obtener y mantener sus recursos en la zona.
Todo esto ha llevado al rechazo de la gran mayoría del sector, pero por miedo a represalias, no pueden expresarse libremente en contra de estos grupos armados.
Los principales protagonistas de este conflicto armado seria la banda de Wilexis, que lleva el nombre de su cabecilla Wilexis Monasterios, el cual controla la mayoría de JFR; Otras de las bandas sería Los Chicorrios, se desconoce quien es el cabecilla, pero los delincuentes que más suenan serían Glender “Escopeta”, El Wilo y Picachu, ellos controlaban la parte alta de La Bombilla y 24 de marzo, estarían intentando ganar territorio hacia JFR; Uno de los aliados de Wilexis sería el Kandy, quien estaría en la zona 4 de JFR, sirve como garitero, caleta de armas y para resguardar a los antisociales; y por último La China, una aliada de Los Chicorros encargada de mover la droga en la Zona 2 de JFR.
Wilexis es el cabecilla y quien controla la mayoría del territorio en disputa, en la comunidad lo conocen porque pasó toda su vida en la zona. Comenzó a sonar desde el año 2017, pero su prontuario inicio mucho antes.
Este sujeto, que comenzó como un pequeño delincuente en el año 2000, ha logrado ganar territorio en la zona y el apoyo de la comunidad por ser una especie de Robin Hood, ayudando a la gente y solventando necesidades de los servicios que carecen en la zona.
Sin embargo, la imagen de Wilexis ha cambiado en los últimos tiempos. El cabecilla de la banda ha querido copiar lo que hizo el Koki en la Cota 905, lo que ha llevado a una escalada de violencia en la zona. Las autoridades han intentado detenerlo en varias ocasiones, pero Wilexis ha logrado escapar y se ha convertido en uno de los 10 criminales más buscados del país. En 3 oportunidad ha resultado herido en enfrentamiento, de las cuales 2 fueron con organismos de seguridad.
Las fuerzas de seguridad han intensificado los operativos en la zona y han detenido a varios miembros de la banda y han dado de baja a otros. Además, se ha ofrecido una recompensa por información que lleve a su captura, lo que significa que el gobierno le declaró la guerra de frente a ese grupo delictivo,
Muchos vecinos de la zona han expresado su preocupación por la escalada de violencia y han pedido a las autoridades una solución pacífica o definitiva al conflicto. El apoyo que alguna vez tuvo Wilexis ha ido disminuyendo cada vez más por la muerte de personas inocentes en medio de los enfrentamientos y por el constante cobro de vacunas a los comerciantes a cambio de seguridad y poder trabajar.
Wilexis es visto en la zona como un mal necesario, ya que ejerce un control donde disminuye los hurtos y robos, pero aumenta el riesgo de sus habitantes a perder la vida. También ven como un problema que este delincuente pierda el control en manos de otras bandas ya que pequeñas organizaciones delictivas entrarían en la disputa por el territorio y, al ser antisociales de otras zonas, temen por las medidas que adopten en contra de los residentes de JFR.
Se desconoce qué ocurrirá en la zona, lo que se sabe es que la policía va a seguir realizando operativos hasta dar con la ubicación de estos elementos y así poder implementar medidas de seguridad que garanticen la paz de los residentes de la parroquia Petare.
