Al puesto de Sarri, en el banco del club de Abramovich, un viejo guardián de los Blues, con la intención de invertir una tendencia…
La llegada de Frank Lampard en el banco del Chelsea no es una noticia como todas las demás, porque podría marcar profundamente el fútbol inglés, específicamente la Premier League. No es superficial recordar que, en la pasada temporada, el mejor entrenador inglés había sido Roy Hodgson, doceavo con el Crystal Palace, y que en la historia de la Premier, jamás un técnico inglés ha salido campeón (Ferguson y Dalglish son escoceses).
Ahora bien, el «renacimiento» del fútbol inglés ha pasado por las canteras, ha tocado la selección mayor, pero no se ha acercado siquiera a los banquillos. Muchísimo menos por aquellos más prestigiosos. La llegada de Lampard al club del cual es emblema y bandera, es algo sumamente siginificativo. Con el equipo del oeste de Londres lo ganó casi todo. Después de un año de experiencia con el Derby County, en Championship.
«Frankie» consiguió un sexto lugar con los «rams» y se jugó los playoff con el Leeds del «Loco» Bielsa, y después, la final con el Aston Villa de su ex compañero, John Terry, este último, accedió a la Premier. Después del adiós de Sarri y de las sanciones que alejan los Blues del mercado, Abramovich se vio obligado a tomar una decisión que produjera un impacto muy positivo a la hinchada, algo que, de una u otra manera, lograra tocarle el corazón.
De esta manera, aparece la gran ocasión de Lampard. Uno que como entrenador tiene muchísimo que demostrar. Naturalmente, un curriculum de 649 presencias con el Chelsea, valen más que cualquier pizarrón. Conocer el club desde sus entrañas es una ayuda que muy pocos tienen. Sin embargo, no es suficiente. La situación de la plantel campeón de Europa League, impide tener grandes espectativas. La venta de Eden Hazard y el bloqueo en el mercado son generadores de esta situación. Lampard es el primer entrenador de la era Abramovich, excluyendo los interinos (categoría en la cual se encuentra Roberto Di Matteo, a pesar de haber hecho historia), sin objetivos claros.
Mourinho, Scolari, Ancelotti, Villas Boas, Benítez, Conte y Sarri, tenían prospectivas y obligaciones bien distintas. Más allá de las operaciones de Pulisc, y el rescate de Kovacic, el Chelsea posee una plantilla prácticamente a la par de la del Tottenham, Manchester United y Arsenal; mientras que el City y el Liverpool, se encuentran un nivel muy distinto.
Volviendo a Lampard, pocos saben que su verdadero equipo del alma es el West Ham, donde jugó su padre y donde creció futbolisticamente. Sin embargo, su condición de bandera del Chelsea, le otorga la oportunidad de su vida. El chance de devolverle la identidad a un equipo (uno de los tantos en Europa) que se ha perdido con el pasar del tiempo. Algo que a nivel de plantel comienza a surgir, la presencia de varios canteranos ingleses, como: Barkley, Loftus-Cheek, Drinkwater, los jovenes Hudson-Odoi, Chalobah, James y Ugbo. Todos estos jovenes, han crecido en las canteras Blues. Será un viaje complejo para «Frankie», visto sobretodo lo que ha sucedido ultimamente cuando las «banderas» han tomado cargos importantes en sus clubes… para muestra un botón, llamado Francesco Totti.