«Serán mejores tiempos si las mujeres asumen y cumplen su vocación política que estoy segura de que muchas tienen», subraya la coordinadora nacional de Unión y Progreso e integrante de la plataforma Mujeres Protagonistas
Mercedes Malavé es una venezolana que debe estar en cualquier organización de mujeres que quiera tomar el poder y defender una agenda diferente. La coordinadora nacional de Unión y Progreso participó en el encuentro de la plataforma Mujeres Protagonistas, realizado el viernes en Colegio de Ingenieros, y resaltó el rol de las mujeres en la política.
Cita, en primer lugar, a Angela Merkel, excanciller de Alemania; a Nancy Pelosi, la congresista demócrata estadounidense; a Giorgia Meloni, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni. «Hay un movimiento no muy estructurado, pero de distintas ideologías, que está favoreciendo la participación de la mujer», comentó en conversación con contrapunto.com.
En Venezuela es fundamental por varias razones, resaltó. «Primero, porque hay una brecha que debemos ir saldando. Segundo, porque en el momento de conflictividad que vive el país es muy importante la voz de la mujer en su capacidad, cuando quiere, de dirimir conflictos, de estar en lo esencial, de bajar los niveles de confrontación en el país.
En el país, como lo destacó, «hemos visto voces muy interesantes que han ido surgiendo a partir de distintas reivindicaciones», como la de la maestra Elsa Castillo, dirigente de la Coalición Sindical Nacional. «Ella ha sido muy clara y, al mismo tiempo, muy comprometida con la causa de los maestros».
Una iniciativa como la de Mujeres Protagonistas se puede multiplicar con los encuentros, que deben llegar a otros estados del país «para apoyar a las que ya están en posiciones interesantes, como Maribel Castillo, diputada de la Asamblea Nacional». También «para acompañarnos unas a otras en las denuncias que haya que hacer, en las propuestas que puedan surgir. Incluso se habló de iniciativas legislativas para favorecer la participación de la mujer».
Malavé considera que las mujeres tienen el compromiso de animar a otras mujeres a sumarse a la política. «Todo lo que se refiere a la persona se le da mucho a la mujer. La educación, la enfermería, la crianza de los hijos desde el preescolar. Hay una filósofa europea muy importante, Edith Stein, que murió en un campo de concentración nazi, que decía que la política se ocupa de las personas; la política es, nada más y nada menos, que el oficio que vela por el bien común. Por lo tanto deberíamos ser las mujeres más exitosas y hábiles desempeñando este oficio, porque este oficio toca lo referente a lo humano».
Esta posición le resta fuerza a la visión de que la política «es simplemente para obtener el poder como un fin. Eso es una estupidez. El poder es un medio para servir, es un medio para hacer algo bueno para la sociedad», reflexiona. Y dice estar convencida de que «serán mejores tiempos si las mujeres asumen y cumplen su vocación política que estoy segura de que muchas tienen».
-¿Qué cambio habrá con más mujeres en política?
-Una atención más dedicada, más sincera a los graves problemas sociales que afectan a la población y que perjudican en primer lugar a la mujer. Hace años en una conferencia internacional se decía que la pobreza tiene rostro de mujer. Somos las que padecemos más las consecuencias del hambre, de la desnutrición, de la falta de servicios públicos, de los problemas del transporte público, de los problemas de salud y seguridad social, de los problemas de las pensiones mal pagadas. Al tocar en primera persona el sufrimiento deberíamos ser más conscientes de resolver eso de verdad, y de una manera sostenible. Creo que al ser víctimas las mujeres, mucho más que los hombres, de la violencia, también podemos ponerle un freno a la violencia política y a la violencia como camino para prolongar los conflictos. Tenemos una capacidad para darnos cuenta de que la violencia no lleva a ninguna parte y que nos lleva por delante. Por eso podemos separar cada vez más el terreno de la política del terreno de la violencia.