Lideresas de organizaciones políticas y sociales dejaron de lado sus diferencias para exigir cambios culturales profundos en el Estado venezolano, las universidades y centros educativos, partidos políticos, empresas, medios de comunicación y toda la sociedad
Un objeto unió a venezolanas de todo el espectro político este viernes 25 de noviembre: las alas de las mariposas, una forma de ratificar sus ansias de libertad y de honrar a las hermanas Mirabal (la razón por la que se conmemora este 25 de noviembre el día de la no violencia contra las mujeres). Desde hace varias semanas mujeres de todo el espectro político, de todos los sectores sociales se pusieron de acuerdo para defender una agenda común y para confeccionar las alas que identifican su lucha unitaria.
En la plaza Brión de Chacaíto comenzaron a reunirse a partir de las 9:00 am. Los transeúntes pasaban, los buhoneros vendían y ellas -con el aire festivo de haber logrado su propósito- difundían sus volantes, invitaban a firmar un petitorio y repetían su frase: «Mujer, vida y libertad».
La «abuela del casco rojo» también se calzó sus alas para exigir que el Estado reaccione contra la violencia machista.

No puede ser que en el siglo XXI todavía exista violencia de género, denunció Georatsis Urbano, de Encuentro Ciudadano. Está convencida de que esta protesta marcará una diferencia en la vida de las venezolanas.
La marcha salió cerca de las 11:00 am. «Ni una más», reiteraron lideresas como Iris de Franca, del movimiento Cambiemos, y Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras de Distrito Capital.
Las mujeres les dan el ejemplo a los hombres de cómo ponerse de acuerdo y hacer política por el bienestar de todos, enfatizó Iris de Franca, dirigente de Cambiemos.
Varios centenares de mujeres, unidas por sus alas, avanzaron por la avenida Francisco de Miranda.
Como lo subrayó De Franca la protesta de este viernes es solo el comienzo de una ruta unitaria de las venezolanas.
Estamos aquí para hablar por las mujeres que no tienen voz porque el Estado no las protegió, afirmó la «abuela del casco rojo» en el transcurso de la movilización.
Rosiris Toro, dirigente de Fuerza Vecinal, multiplicó las mariposas para elevar aún más el tono del mensaje.


Los hombres no van a poder imponernos su agenda machista, advirtieron Rosiris Toro e Iris de Franca.
Clara Morillo, docente jubilada y militante de FV, se vino desde Caucagua para alzar su voz contra la violencia hacia las mujeres. Y lo hizo con un dulce regalo: un caramelo que repartió a las personas con quienes compartió su mensaje.
La marcha culminó en la plaza Altamira con la lectura de un pliego de peticiones de las mujeres unidas. Y, también, con el compromiso de seguir caminando juntas por un país con más vida y con verdadera libertad.