Para la unción de los enfermos hay que usar guantes de látex. Antes de comenzar la misa sin pueblo, el sacerdote debe lavarse las manos con jabón líquido o de alcohol y toallas de papel
La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), elaboró un manual para la administración de los sacramentos en tiempos de pandemia de COVID-19.
«La finalidad de estas orientaciones, dirigida a los sacerdotes es doble: asegurar a los fieles que reciban los sacramentos una adecuada protección del posible contagio viral; y también prevenir una eventual infección del ministro del sacramento», explica la Comisión Episcopal de Liturgia, Música y Arte Sagrado Santuarios, Peregrinaciones y Causas de los Santos, que preparó esta guía.
Por ejemplo, plantea algunas medidas en las sacristías para la celebración de la misa sin pueblo: «Cuídese con particular atención la higiene ambiental y la conservación de las formas y del vino destinados a la celebración eucarística. Cámbiense y lávense frecuentemente el corporal, la palia y los purificadores. Deberá contarse con un dispensador de jabón líquido o de alcohol y toallas de papel de un solo uso para el lavado de las manos del comienzo de la misa».
Para la unción de los enfermos se plantea: «El ministro que acuda al domicilio de un enfermo donde se ha solicitado la unción de ese enfermo, deberá llevar consigo un par de guantes de un solo uso de látex».
No se harán novenarios en templos o capillas. «Los ministros ordenados podrán celebrar las exequias sólo en los lugares donde se estén velando los cadáveres,
respetando la distancia de 2 metros entre personas y con respecto al féretro o ataúd, usando los dispositivos de protección necesarios para la celebración de los sacramentos (tapabocas y guantes de látex)».