En 2019 se presentaron proyectos por 222 millones de dólares y solo se recogieron poco más de 50 millones, apuntó Luis Francisco Cabezas, director general de la asociación civil Convite. La emergencia de Venezuela «no es aguda, es de instalación y progresión lenta que mata al venezolano por desgaste», advirtió la nutricionista y especialista en seguridad alimentaria Susana Raffalli
Yemen, Siria y Venezuela figuran entre las prioridades humanitarias de Naciones Unidas para el año 2020. Sin embargo, ¿es el país el primer candidato para que los donantes entreguen fondos, medicinas, equipos?
En Venezuela estamos mal pero puede ser peor, porque la emergencia humanitaria venezolana está perdiendo interés, ya que compite con otras como Siria, Yemen, Sudán del Sur, expuso Luis Francisco Cabezas, director general de la asociación civil Convite.
La ONU incluyó a Venezuela entre sus prioridades para 2020, pero no implica que lo sea en la práctica, apuntó Cabezas durante el foro La gente es el centro, organizado por Radar de los barrios y realizado este viernes en Caracas, bajo el liderazgo del periodista y activista social Jesús Torrealba.
Los donantes ven con escepticismo la emergencia venezolana, porque consideran que el problema es político y no van a poner fondos en un sitio, en el que ni se ponen de acuerdo sobre cómo manejar los recursos, remarcó. Además, la inestabilidad política de la región ha hecho que se pierda interés en la crisis venezolana.
Los antecedentes no son los mejores, puntualizó Cabezas, porque en el año 2019 no se llegó ni a 30% de lo solicitado, además de los obstáculos políticos que ha puesto el gobierno del mandatario Nicolás Maduro para facilitar el acceso. Los números hablan: se necesitaban 222 millones y solo se llegó a poco más de 50 millones.
Y, además, lo que llegó no ha podido ser plenamente aprovechado. Por ejemplo, la Cruz roja no ha logrado instalar las plantas eléctricas porque el gobierno no ha cumplido con su contraparte, explicó.

«Necesitamos una sinceración de la situación, necesitamos fortalecer las capacidades del Estado y la ciudadanía para llegar a más gente y necesitamos salir del enfoque de socorro con el que se ha manejado la asistencia humanitaria hasta ahora», señaló Susana Raffalli, nutricionista, asesora para la Respuesta Humanitaria y de Cáritas de Venezuela y especialista en Seguridad Alimentaria y Riesgos de Desastres Naturales.

La emergencia de Venezuela «no es aguda, es de instalación y progresión lenta que mata al venezolano por desgaste», advirtió Raffalli en el contexto del foro Perspectivas 2020, organizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB y efectuado el miércoles en Caracas.