El general en jefe criticó la reforma constitucional de 2007. Dos años después lo acusaron de presuntos hechos de corrupción
Los días 12 y 13 de abril de 2002, el general Raúl Isaías Baduel fue pieza clave en el mundo militar para el regreso del presidente Chávez. El militar guariqueño, en ese momento comandante de la brigada de paracaidistas del ejército, confrontó a los líderes del golpe de Estado contra Chávez. El resto es historia: el mandatario retornó, Baduel se convirtió cuatro años después en ministro de la Defensa y en general en jefe y en 2007 pasó a retiro.
Pero Baduel, quien formó parte del histórico juramento del Samán de Güere en 1982, manifestó su opinión en contra de la reforma constitucional promovida por Chávez en 2007 y se distanció de las propuestas del chavismo.
Dos años más tarde, Baduel fue encarcelado por funcionarios de la Dgcim. En 2010, lo condenaron a casi ocho años de cárcel por presuntos hechos de corrupción. En 2015 le otorgaron libertad condicional, pero se la revocaron en 2017; además, lo acusaron de nuevos delitos. Ha estado incomunicado, sometido -según denuncian sus familiares- a torturas y tratos crueles e inhumanos.
Ha sido llevado de un recinto a otro, sin informar a sus allegados.
La familia Baduel ha vivido un verdadero calvario. No solo es el encarcelamiento del general en jefe (degradado y destituido de la Fuerza Armada en 2018), sino la persecución contra miembros de su familia: Su hijo, Raúl Emilio Baduel, estuvo preso desde 2014 hasta 2018, año en el que lo excarcelaron como parte de los acuerdos políticos. En mayo de 2020 otro de sus hijos, Josnars Baduel, fue apresado en el contexto de la denominada operación gedeón.
El joven ha sido sometido a torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes.
La medida más reciente del oficialismo contra la familia Baduel es la detención de Gerardo Carrero, pareja de Andreína Baduel, una de las hijas del militar.