Hora, lugar y número son datos importantes para alimentar la base eBird, explica la presidenta de Audubon, Marieta Hernández
Pajarear tiene muchos sentidos, pero para los amantes de la aves pajarear es observar a estas maravillas con alas. El próximo pajareo comenzará 12 de febrero, en un evento internacional bautizado como «Contando aves en comunidad», detalla Marieta Hernández, presidenta de la Sociedad Conservacionista Audubon.
La jornada, que se realizará del 12 de febrero al 15 de febrero, tiene el aval de Audubon Internacional y la Universidad de Cornell (con su base de datos eBird). «Se espera que las personas cuenten las aves que tienen más cercanas a su hogar, a su escuela, el jardín, la placita», explica Hernández en entrevista con Contrapunto.com.
Cada persona o cada grupo puede hacer todas las listas de aves que quiera. La única condición es que lo haga por 15 minutos seguidos, o más. «No hay máximo, sino mínimo», acota.
¿Qué se debe reportar? «Cualquier ave silvestre que veas debe ser no solamente anotada,sino contada: Cuántos individuos viste», porque esa información es muy importante para los investigadores.
Este es «un mundo fascinante», afirma Hernández. Quienes pajareen y participen en esta actividad pueden hacerlo un día, dos días, tres días, cuatro días. Al cambiar de lugar es importante abrir una nueva lista.
La base eBird necesita datos como dónde se hizo la lista de aves, a qué hora se comenzó y se terminó, si se hizo caminando o en un solo sitio. «Es muy fácil», insiste.
La información que se suministre permite determinar poblaciones de aves en un lugar determinado (por ejemplo, en El Hatillo), en un momento específico (7 de la mañana). Las aves son madrugadoras, «después de que se levantan salen a buscar la comida, es una de las actividades más importantes para ellas». Se mantienen activas «unas dos o tres horas después de amanecer, depende de la temperatura».
La observación se puede hacer de noche, cuando se pueden encontrar aves como lechuzas, aguaitacaminos y nictibios.
Esta es una actividad mundial, que en Venezuela se desarrollará a escala nacional. «El interés por las aves ha aumentado mucho en Venezuela», por el esfuerzo de Audubon con sus talleres y salidas de campo; y también, porque el encierro obligado por la cuarentena «ha despertado más curiosidad por actividades que se puedan hacer desde la casa».
La observación de aves es una actividad agradable y entretenida, por supuesto. Pero también, destaca Hernández, «es una cura contra el estrés, y como todo contacto con la naturaleza, es sanador».
Pero las aves no están exentas de las consecuencias del deterioro ambiental del país. La minería, la contaminación, la deforestación «implican la destrucción del hábitat de miles de aves», alerta. La tala para conseguir madera para cocinar afecta a las aves: «Les estás destruyendo su casa, que son los árboles». Si pueden vivir en otro lugar, se marchan; mas cuando se trata de aves endémicas (solo de una zona), si se quedan sin hogar, desaparecen.