Desde hace varios meses está en el tapete la discusión sobre la suspensión de las patentes de las vacunas para hacerlas más accesibles a todo el mundo
Como propuesta para la Organización Mundial del Comercio (OMC), la CE propuso que los gobiernos obligaran a sus empresas productoras de fármacos contra la COVID-19 a liberar sus patentes a un precio «asequible», como una forma para poder acelerar su producción y aumentar su distribución.
El próximo mes tendrá lugar una reunión para discutir dicho asunto, puesto que consideran que este sería «el instrumento más eficaz para facilitar la expansión de la producción y compartir los conocimientos técnicos necesarios».
El argumento de la CE es que la pandemia es una situación de emergencia nacional y que, en este sentido, los gobiernos deben obligar a los laboratorios que no accedan a compartir la fórmula de su vacuna a bajos precios.
En esta discusión han participado varios países; previamente Estados Unidos, la India y Sudáfrica abogaron por la liberación total de las patentes sin ninguna remuneración para las empresas. Por este motivo, la UE propone que estas sí reciban ganancias, pero que los costos no sean inaccesibles.
La Comisión quiere mantener altos los niveles de protección de conocimientos para que se pueda seguir innovando contra nuevas variantes del virus o futuras pandemias.
Aunque mantienen en pie su propuesta de obligatoriedad, la organización cree que sería beneficioso que los países productores levanten sus restricciones a las exportaciones y mantengan abierta la cadena de suministro de los componentes necesarios para la producción.