«No hay manera de satisfacer al chavista tradicional. No se puede. No hay fondos para hacerlo y nos vamos achicando cada vez más», señala el economista y asesor. «Sigue siendo muy caro el Estado chavista, porque todo se montó alrededor del Estado» y por eso «en este momento hay un proceso de desestatización y paso al sector privado, abiertamente», explica. A su juicio, se puede «lanzar una nueva versión del plan de la patria»
Para el chavismo debe ser muy difícil «tragarse el pescado con espinas» de escuchar hablar de socialismo, mientras el socialismo postulado por el presidente Hugo Chávez va quedando atrás. Este fenómeno puede analizarlo desapasionadamente el economista y asesor Benjamín Tripier, quien lo observa sin el pesar del compromiso político y con la convicción que le permiten los números. El Estado chavista es muy caro, afirma Tripier en conversación con contrapunto.com.
-Empresas públicas sacan a bolsa entre 5% y 10% de sus acciones. ¿Qué impacto tendrá?
-En principio es como un mensaje. Más que lo que significa el mensaje, es el mensaje en sí mismo. Esto comenzó hace un par de años, cuando se dolariza, se retiran los controles. Se va mostrando el camino y cada tanto necesita ser reafirmado. Como hubo un retroceso con el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras, esto es como salirle al paso y decir que, aunque no lo crean, vamos por el camino. El mensaje es el mensaje. Las acciones que están ofreciendo son las de cementeras, Banco de Venezuela y Cantv. La del cemento no se mencionó, pero las otras dos ya están en el mercado. Ya hay 3,9% de acciones de Cantv en el mercado, y no se sabe si van a ser 10% adicionales. No está claro todavía. En el caso del Banco de Venezuela, lo mismo: no está claro si es un complemento de las acciones que ya están en el mercado, o es un 10% nuevo. Y hay que estar atento a la cementera. Imagino que no fue un mensaje dirigido a Cantv, sino a las empresas. Ese es el qué Pero el cómo es más importante. El primer paso es que la asamblea de accionistas tome la decisión de hacer la emisión y que autorice a la directiva a ejecutarla, como lo dice la ley del mercado de valores. A partir de allí la directiva debe trabajar con expertos en el porcentaje, de qué manera se va a hacer. El valor de la acción va a tener que estar relacionado con el valor de la empresa.
-¿Cuál es el valor real?
-Vamos a pensar que las acciones son un marcador del valor de mercado de la empresa. Hay una pista, pero van a tener que pasar otras cosas, porque probablemente el monto que dé sea muy superior al valor de la empresa y habrá que contratar evaluadores, y el evaluador tendrá una palabra: son empresas internacionales, finanzas corporativas que, por varios métodos, llegan al valor de la empresa. Hay varios métodos. Pero la venta de empresas privadas lo que está mostrando es que el precio lo pone el comprador, porque sabe qué quiere hacer con la compañía, cómo incorpora a una compañía a su proyecto de negocios. Es un mercado de compradores, no de vendedores. Hablamos de precio y de valor porque hay que llegar a un valor para la emisión de acciones, y también es una referencia por si se quisiera vender. La voluntad política es lo que está detrás, de interactuar con el mercado de valores. Mercado de valores es mercado, y mercado es capitalismo, y capitalismo es la antítesis de lo que podría preverse en el plan de la patria, que era hacer irreversible el abandono del capitalismo. Estamos en un sentido contrario, pero como está el contrapeso del plan de la patria hay que reafirmarlo.
-¿Cuál es el problema más importante?
-El problema más importante del gobierno no es la oposición, sino la parte dura del chavismo, que dice que esto no es lo pensado. Pero hay gente que dice que los tiempos han cambiado; que, en el momento en que arranca el proyecto había dinero y no había sanciones. Hoy das un paso y te cae una catedral encima. Cada vez que te aplastan con una sanción no la levantan así no mas. Desde el principio, las fuentes del gobierno americano decían que poner una sanción es sencillo, pero levantarla toma un tiempo. Demora años que te saquen de la lista. En realidad el problema que tiene el gobierno con la apertura no está fuera del gobierno, sino en el chavismo. Necesita mano izquierda para manejarse y llevar adelante este plan, que es un plan que ha resultado bueno. La inflación bajó a un dígito mensual, de 5.000% a más de 100% al año. Los precios están relativamente estables, no por el bolívar sino por el dólar, pero cualquiera que sea la causa uno siente que hay más actividad. Tenemos una inflación congénita estructural, que no se arregla con política monetaria (como no emisión). La única manera de compensar la inflación estructural es con mayor producción, porque si no, siempre habrá gente con más dinero que los bienes. ¿Por qué no aumentamos la producción? Eso significa electricidad, y hay una restricción importante. Para producir necesitas energía; los combustibles mueven la industria eléctrica.
-Pero parece haber posiciones irreconciliables.
-Estamos en un circuito trancado, porque todo lo que nos está pasando es por defender la revolución. Estamos peleados, tenemos sanciones por defender a la revolución. Lo que tendrías que hacer es renunciar a la revolución, pero como no es la idea, el juego del gobierno está en mantener la revolución y conseguir que pasen cosas que no van a pasar si se mantiene la revolución. Las protestas no vienen de la oposición, sino de grupos alineados con el chavismo, y ese es un tema con el que va a tener que convivir. En este momento la oposición prácticamente no existe, y la oposición real está en el chavismo.
-¿Cómo contenta Maduro al chavismo?
-Hay un tema ideológico y un tema transformacional. Hay una realidad que cualquier chavista puede ver. No es la misma época. Financiar controles es carísimo, porque hay que poner plata para sacar a la Sundde a la calle. Antes se compraba una empresa, hoy no puedes hacer eso. Puedes hacerlo, pero echarías para atrás el camino que comenzó hace dos años, de generar la imagen de que puede haber un chavismo capitalista. Es lo que estamos teniendo, que coexiste con el chavismo anticapitalista. De este balance se mantiene el gobierno en el poder.
-¿Formalmente es olvidarse del plan de la patria?
-Es muy difícil, porque era como la pega que mantiene las piezas unidas. El único sentido de dirección que hubo en el chavismo fue el plan de la patria, plan maestro, con ideología, visión. De allí sale la economía popular, lo comunal. ¿Cómo vas a hacer para transformarlo? Tienes que ir convenciendo al chavista duro de que eso fue válido y ya no es válido. Hay que ponerlo en la lógica y racionalidad del chavismo. No olvidemos que estamos en un cambio generacional. Personas activas a finales de los 90 y principios de siglo XXI están de retirada, y tenemos una generación de 37 a 50 años que está tomando el control y es capaz de entender. Viene un proceso de concienciación. Así como el chavismo no existía y después existió, ahora hay un neochavismo, un chavismo adaptado a las circunstancias. La pregunta es si ese chavismo puede convertirse en democrático, en cuanto a la alternabilidad en el poder. El capitalismo es crédito, expansión permanente. Una empresa siempre tiene que crecer para mantenerse, y la única manera de crecer es con crédito, porque el financiamiento es para mantenerse.
-¿Es posible volver al camino económico que Chávez había marcado?
-Eso es imposible porque no hay financiamiento para eso. No hay manera de satisfacer al chavista tradicional. No se puede. No hay fondos para hacerlo y nos vamos achicando cada vez más. Hay algo silencioso que va avanzando: hay más cortes de luz en Caracas. El interior llegó al máximo posible de cortes, y hay que seguir cortando. No está creciendo el aparato eléctrico; en realidad está involucionando. La economía se está achicando. La parte de la economía con actividad es más pequeña, vive mejor, vive muy bien pero en un entorno sin electricidad. Podrás tener pozo, planta eléctrica, pero en algún momento necesitarás gasoil.
-¿El límite es la electricidad?
-Es la energía. No hay que perderlo de vista. No hay que perder de vista que el crecimiento está limitado por la energía, y tampoco que las sanciones están marcadas por la declaratoria de ser una amenazas inusual. La fantasía de que podemos crecer sin electricidad, o que se pueden levantar sanciones, hay que olvidarla. Son dos anclas muy duras. Cada vez que aparece un vocero en el gobierno norteamericano diciendo que pueden aliviarlas, aparece alguien que recuerda la orden ejecutiva. Tendrías que derogar la orden ejecutiva (de Barack Obama), y es muy difícil porque no hay razones para derogarla. ¿Qué estás ofreciendo distinto para que las deroguen? Más bien nos hemos complicado un poco con la guerra de Rusia.
-¿Cómo es la mano izquierda?
-La manera de comunicar del chavismo ha sido impecable. No es un impedimento. Los números de Encovi son dramáticos al hablar de pobreza y pobreza extrema. Es mucho. Ese mucho era más manejable cuando había plata. En este caso se te puede dar vuelta. No pierdo de vista la referencia de Argentina, a la que también se le acabó la plata. En este momento las manifestaciones en Argentina no son de la oposición. Cuando se acaba la plata no hay ideología.
-¿Algo puede revertir ese camino?
-Es posible que la oposición política interna en el chavismo tenga un peso, pero no tanto como para revertir una inercia. Hasta la lógica personal del chavista ha cambiado: está manejando dólares, no tiene sentido no hacerlo; ve que cuando se dolarizó apareció todo. Es una cierta lógica que choca contra la lógica teórica. Si vas a controlar se volverá a acabar todo. El otro tema es por qué comenzó este camino a la liberalización: falta de plata, sanciones, Trump. El Estado va desmontándose, hay gente del sector público que no volvió a trabajar. El Estado se va achicando. Tengo encajes altísimos que hacen que no haya más dinero del que debe haber, no hay crédito, se obliga a traer plata de afuera. Pero sigue siendo muy caro el Estado chavista, porque todo se montó alrededor del Estado. En este momento hay un proceso de desestatización y paso al sector privado, abiertamente. El Estado versus mercado. El mercado ha mostrado que no será muy chavista pero puede arreglar situaciones. Cuando dejo fluir, funciona; cuando meto mano, se tranca. En el medio tengo como bisagra la parte social, que está haciendo bascular lo económico y lo político. La gente en pobreza no recibe dólares, sino el parquero de un restaurante, que lo gasta en el barrio. Va permeando, pero es muy lento y muy superficial. No hay una estrategia social para el momento, sino dejar hacer y dejar pasar, y todo se va a ir arreglando. Este proceso de desestatización ha encontrado un camino nuevo: el del mercado.
Aunque observa la salida de acciones de empresas públicas como un paso importante, Tripier advierte que, para conseguir socios y financiamiento, «tendrías que entregar la mayoría, las acciones de control. Ese sería de los últimos eslabones del plan de la patria, que sin derogarlo, lo puedes transformar. Puedes lanzar una nueva versión del plan de la patria».
-¿Para qué?
-Para tener un plan que incluya lo que está pasando.
-No sería el plan de Chávez.
-Pero sería el plan de la patria en el cual hay que incorporar estos elementos. El que se formó en la universidad Patricio Lumumba difícilmente puede aplicar cosas de Kellogs, porque no entra en su lógica económica. Puede trabajar una especie de «task force» para integrar ambos conceptos. Se trata de una conciliación entre el plan de la patria y el sentido de dirección nuevo. Esto permitiría una salida airosa del chavismo, un plan en el que se podría montar cualquiera. Es una transición a la que se debe llegar en 5 o 40 años. No lo sé. Son elementos de poder y supervivencia.
-¿Esta decisión llevará a otras?
-Debería.
-¿Cuales?
-Que cada responsable de una empresa que depende del Estado esté haciendo el trabajo de estructurar una misión. Sacar las asambleas, las decisiones de junta directiva, auditar los balances; hacer todo lo que no hiciste. Y en el caso de Cantv y del Banco de Venezuela, que aparezcan calificadoras de riesgo y digan si el papel es bueno. Como no es probable que un auditor internacional le dé una buena calificación, si preparas la compañía para eso puedes trabajar para que se llegue a una buena calificación. Para eso hay que reprofesionalizar la gerencia, quitar el contexto político, porque eso es lo que hace que pierda valor la empresa. Las empresas politizadas pierden la capacidad de toma de decisiones racionales. Recuerdo a Edelca, que era exitosísima en el mundo. Pdvsa era no politizada y exitosa. Las politizaste y las perdiste.
-¿Cómo se resuelve lo energético para aumentar la productividad?
-Habría que repensar el sistema eléctrico, que se diseñó bajo modelos distintos. Es importante considerar que ante los cambios las empresas se tiene que adaptar. El sector eléctrico es un conjunto de empresas que tienen que readaptarse. Guri y Sidor son como dos piezas del mismo juego. El diseño que tenían ambas no son viables en este momento. En el sector eléctrico habría que pensar en una arquitectura diferente, construida desde abajo; tendría distritos eléctricos, a lo mejor hasta por municipios. Hay cuatro tipos de mercados eléctrico: residencial, comercial, industrial e industrial pesado. La electricidad que necesita Sidor no es la que necesitan Polar, el Sambil o tu casa. Hay algunas que es carísimo manejarlas si no son parte de una inversión mucho mayor. Si prendes Sidor completo tienes que apagar Barquisimeto. Hace falta ir solucionando lo que se pueda de abajo hacia arriba, darles autonomía a los municipios. En el centro de Estados Unidos y el interior de Argentina la electricidad la manejan cooperativas locales; la factura eléctrica no es factura, sino que tienes que aportar, porque cada persona en el pueblo es socia. Eso hay que repensarlo. Mantendría un Guri, pero no como el proveedor barato, sino como si fuera el banco central de la electricidad, el proveedor de última instancia. No sería la electricidad más barata, sino la más cara.
-¿Así se podría aumenta la productividad?
-La producción se puede aumentar con libertad de importación de combustibles. Puedes tener mini plantas de generación, y para eso necesitas refinación. Todo con particulares. Es interesante el camino de ir sustituyendo Estado por mercado. Tienes que llegar allí, aunque es un golpe psicológico muy duro. Se ve un tímido movimiento de desestatizar y pasar al mercado. Estado versus mercado. El mensaje de la salida a la Bolsa: bajo el Estado en 10%, aumento el privado en 10%. Eso te hace ver que el chavismo está pensándose a sí mismo como para siempre; lo está pensando lentamente, y no tenemos tiempo; podemos colapsar antes. Hace falta inversión para todo esto, y los créditos internacionales no van a venir si no cambiamos esto. Estamos en una entropía que debemos romper todos. Como sería si Maduro, con el poder que tiene adentro, y Guaidó, con el poder que tiene afuera, se asociaran. Seguir con el enfrentamiento no nos saca de esto.