Antonio Paiva: No vamos hacia una apertura como la de China sino al modelo cubano y en periodo especial

Texto: Vanessa Davies. Fotos: Ernesto García-Contrapunto

El economista y profesor universitario asegura que «hoy día el verdadero Ministerio de Agricultura es Polar». La crisis actual «la comparo con una de las situaciones más terribles de la historia de Venezuela: La Guerra Federal». A las reuniones entre empresarios y gobierno de Maduro les da 20% o 25% de probabilidades de éxito

-¿Cuántos años tiene usted, profe?

-Todos- responde con los ojos como dos tizones.

Antonio Paiva tiene muchos fuegos en su pasado y en su presente. Años de locutor, años con una habitación de pensión como hogar, años de cárcel, años en la guerrilla, años de economista, años de profesor universitario. Sus fuegos siguen encendidos. Los de otros, como Héctor Silva Michelena, se apagaron recientemente. A Silva Michelena «hay que reconocerle su calidad humana, su brillo intelectual, su compromiso con la enseñanza», declara.

Varios cafés animan la conversación con contrapunto.com. La reunión entre los gremios productivos y la administración de Nicolás Maduro marca el comienzo de la entrevista. Evalúa que en el gobierno debe haber preocupación «porque la economía venezolana se ha convertido en un despojo» porque «no tenemos moneda», la gente trata de salir de los bolívares, «estamos en presencia de una dolarización improvisada o, como dirían mis estudiantes, pirata». Paiva hizo el estudio de factibilidad de la Casa de la Moneda, hoy convertida en un símbolo de la decadencia de la economía venezolana. Los bolívares «hoy no sirven ni para jugar monopolio».

Tampoco habla maravillas de los empresarios. «Por lo demás no son unos santos. Aunque digan que no son políticos sí lo son y siempre lo han sido. La mayoría de esas fortunas se han originado en las relaciones con el Estado». Sostiene que «hoy día el verdadero Ministerio de Agricultura es Polar, porque es el que nutre los anaqueles con aceite, con margarina, con harina pan, con pepsi-cola».

No cree que haya cambios importantes en lo económico, porque «lo esencial es la propiedad y el respeto por la propiedad», y «eso no está claro que haya cambiado. Si te metes con el gobierno, ese principio no existe. Además, no hay reglas de juego claras». Por eso, concluye que «no hay cambios en el modelo; veo medidas cosméticas para tratar de superar esta situación».

La crisis actual «la comparo con una de las situaciones más terribles de la historia de Venezuela: La Guerra Federal», cuyo resultado fue menos población y menos producción. Ya hay menos población por la migración, apunta. El estar peor es una realidad en su horizonte: Puede haber «desabastecimiento a nivel crítico, inactividad a nivel abrumador; no va a haber trabajo, qué hago trabajando para que me paguen tres dólares al mes».

-¿Vamos a un modelo como el chino, sin libertades políticas y con una apertura económica generalizada?

-Esa sería la hipótesis optimista.

-¿Cual es la pesimista?

-Vamos al modelo cubano. No me importa que la gente esté «pasando roncha»; lo que me interesa es mantenerme en el poder. Unos comen un día sí y otros no, pero para mí eso no es lo fundamental. La gente sabe que, si se rebela contra eso, le van a dar con un tubo.

Explorar espacios

«En mi opinión esta reunión se origina en la necesidad que tiene el gobierno de ampliar sus espacios políticos de reconocimiento internacional, y sobre todo, de resolver la situación interna de la economía del país que está prácticamente en un estado de postración», afirma sobre el encuentro Fedecámaras-gobierno de Maduro.

Para los empresarios «es necesario explorar espacios sobre nuevas inversiones, nuevas importaciones; cómo tratar de mejorar sus propias finanzas».

Pero «va a depender mucho de los próximos días de los acuerdos que se logren a ver si esto se concreta», expresó. Hasta este momento lo que hay «es una exploración de situaciones de ambas partes, dentro de un contexto de terribles penurias que estamos pasando los venezolanos, porque el signo monetario ha perdido totalmente su valor».

Paiva sostiene que el bolívar se deshace como el hielo al sol; que «no hay cosa que se gaste más rápido que un billete de 100». La gente se ve obligada «a gastar sus pocos dólares porque los comerciantes no tienen vuelto». El salario, además, es «una ficción». Considera que hay una clase social de privilegiados del gobierno o asociados a este, y el resto de la población. «Uno de los sectores que ha tenido más dinamismo en estos tiempos es el negocio de cargo».

-¿Esto puede cambiar con esas reuniones?

-No soy tan optimista. Le doy una probabilidad de 20% a 25%.

-¿Por qué tan bajita?

-Porque creo que se ha generado tanta distancia, y los problemas políticos son tan graves, que los actores que están en el mercado no han entendido la penuria que está pasando la gente en Venezuela.

-¿Estas reuniones pueden significar la apertura de líneas de crédito en el exterior?

-Mientras no se logre un acuerdo político eso no va a ser posible. Todo lo contrario. Cada día va a haber mayores restricciones para el gobierno. Por eso creo que el gobierno está tratando de buscar líneas de apertura.

-¿Se las puede dar este encuentro con el sector empresarial?

-En mi criterio es muy poca la probabilidad. Todavía faltan algunos escenarios de crisis terrible para el país, desde el punto de vista humano y desde el punto de vista material, para que se logre un acuerdo. Más bien va a ser forzado por las circunstancias. Quisiera recomendarles a los colegas comunicadores y a la gente que nos lee que lean algo del periodo especial de Cuba, porque hacia allá es que vamos.

-¿Por qué cree que vamos hacia el periodo especial de Cuba y no hacia una apertura como la de China?

-Como la china la descarto totalmente. Ese es el capitalismo de mayor ortodoxia que hay en el mundo. A un obrero que se le ocurre hacer una huelga, lo fusilan. Todo el mundo tiene que trabajar. Las reglas del juego están claras desde el punto de vista de la inversión y del rendimiento del capital. Yo creo que vamos más bien hacia un modelo cubano.

-¿Cómo sería ese modelo cubano en el periodo especial?

-Recuerdo a Zoe Valdés, en su libro La nada cotidiana. Hacia eso vamos. Recuerden que en economía siempre se puede vivir peor. No hay piso.

-¿Qué puede ser peor que esto?

-Que te invadan tu casa. Que maten a la gente por quitarle una bolsa del mercado. Que el gobierno no tiene control de los que están haciendo actividades ilícitas, una corrupción extraordinaria. Cada vez va a tener mayo dificultad para controlar el orden público.

-Usted dice que estamos en un escenario como el de la Guerra Federal. ¿Por qué?

-Porque ese fue uno de los periodos más duros y más tristes de la historia de Venezuela. Llegaba uno de los bandos, asaltaba una hacienda, se comían el ganado, violaban a las mujeres, mataban a los hombres. Al final, ¿qué resultó? Menos población, prácticamente en cero la producción del país.

-¿Qué puede hacer la comunidad internacional?

-Ya lo están haciendo. Tengo optimismo con los resultados de las elecciones en Estados Unidos.

-¿Qué cosas pueden cambiar con Biden?

-El modelo de negociación va a cambiar hacia resultados más concretos.

-¿Por ejemplo? ¿Qué medidas?

-Establecer reglas de juego claras en lo que se refiere a la situación política del país, respeto a los derechos humanos, elecciones libres a cambio de que Venezuela pueda volver a generar ingresos por el sector petrolero.

-¿Ve medidas más fuertes?

-Sí. Mucho más fuertes y mucho más puntuales. Por ejemplo, una empresa en Portugal; si Venezuela significa 10, EEUU significa 800 o 900, y si sigues enviando a Venezuela vas a perder 800 o 900. Eso los va a obligar a que la propia comunidad internacional presione para que haya una salida y un acuerdo político.

-Usted ve medidas de la administración Biden hacia países que todavía tienen relaciones económicas con Venezuela.

-Correcto. Y en lo que se refiere al régimen van a ser mucho más puntuales. Van a ir hasta los primos, hasta los bisnietos para hacer sentir el rigor y el peso de la comunidad internacional. Descarto por completo soluciones militares.

-¿A qué podemos aspirar a los ciudadanos de a pie? ¿No hay cambios en lo inmediato?

-Tenemos cuatro vírgenes: la Chinita, la Virgen del Valle, la Divina Pastora y la Virgen de Coromoto. Hay que rezar y tener mucha fe- responde, no sin ironía.

-¿No ve perspectivas de mejora en lo inmediato, en nuestra vida cotidiana?

-No quisiera ser tan pesimista, pero creo que hay un panorama desolador.

-¿El bolívar se va a seguir devaluando?

El bolívar no existe.

-El bolívar existe.

-Nominalmente Realmente estamos en una de las peores situaciones de la historia monetaria de Venezuela.

-¿Qué pasa con la Casa de la Moneda?

-Está paralizada. No hay repuestos. Imprimir un billete tiene más costo que su valor. Con eso te digo todo.

-¿Habría que pensar en una nueva moneda?

-Habría que pensar en una dolarización seria, negociada y realmente ajustada a los parámetros económicos de hoy día. Yo soy de quienes piensa que el mundo va a una simplificación de 10 o de cuatro monedas a escala global.

-¿Eso significaría ajustarnos al dólar?

-Esa es mi propuesta y es lo que creo que va a pasar en el largo plazo.

-¿En el largo plazo usted ve a Maduro dolarizando el país en serio?

-No veo a Maduro para nada en el futuro.