El acatamiento de la cuarentena pasó de 75% a 48% según un estudio independiente, indicó Enrique López-Loyo, vicepresidente de la Academia Nacional de Medicina. El país debe identificar dónde termina la frontera de la crisis sanitaria y comienza la del combustible y del control político, enfatiza
Si se le pregunta a un comerciante formal o informal, su respuesta será que se levante ya mismo. Si se interroga a un médico, responderá que falta información clara. Si la duda se le plantea al gobierno del mandatario Nicolás Maduro, replicará que hay que dejarla un tiempo más.
Con 459 casos y 10 fallecimientos Venezuela es, según sus autoridades, un modelo para el mundo por el manejo de la crisis del coronavirus. Pese a ello, Maduro prorrogó el estado de alarma por un mes más. Tal vez, las razones son otras. Una de ellas, la escasez de combustible.
“La gasolina pesa muchísimo (…). Si hoy el gobierno decidiese relajar la cuarentena, la gente encontraría que no puede ir a trabajar (…), no hay cómo movilizarse”, dice a la AFP Henkel García, director de la consultora Econométrica, citado en el diario El Comercio.
https://www.elcomercio.com/actualidad/cuarentena-venezuela-confinamiento-escasez-gasolina.html.
Para flexibilizar o superar el confinamiento, si el criterio es sanitario, hay que tener más claridad sobre el comportamiento de la enfermedad en el país. En este punto coinciden, por ejemplo, la Academia Nacional de Medicina (ANM) y la Sociedad Venezolana de Infectología.
En la actualidad solo se observa la punta del iceberg y la curva de casos positivos en Venezuela responde a un modelo no convencional, subrayó Enrique López-Loyo, vicepresidente de la ANM durante un foro virtual de las academias nacionales sobre la COVID-19 realizado este viernes 15 de mayo.
Con base en las cifras oficiales, en Venezuela hay un patrón en brotes o cluster.
López-Loyo, explicó que la cuarentena es «una estrategia de epidemiología» que busca «controlar la velocidad del requerimiento de servicios sanitarios»; es decir, evitar que ocurran picos violentos de búsqueda de servicios sanitarios.
Pero lo que empezó con un acatamiento de 75%, indicó el médico, ha ido cayendo hasta situarse en 48%, según datos de un estudio independiente. Sobran las razones: la gente sale a la calle a buscar el sustento, o se lanza a tratar de conseguir combustible.
Desde el punto de vista de la salud pública «la cuarentena tiene que tener un tiempo finito», insiste. Pero si la óptica es otra (falta de gasolina, control político) «tiende a perpetuarse».
Aligerar el confinamiento será posible siempre y cuando los sistemas de vigilancia epidemiológica estén en capacidad de detectar los casos y el sistema de salud pueda afrontar el resurgimiento de la enfermedad. No obstante, como lo planteó López-Loyo, el país debe identificar dónde termina la frontera de la crisis sanitaria y comienza la del combustible y del control político.
“Detrás de esta estructura draconiana de cuarentena está el gravísimo problema del combustible”, declaró a la AFP Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica.