Desde sus redes sociales, la caraqueña se desahogó por lo que supone seguir un ritmo de entrenamientos que a su juicio hace perder el trabajo que había venido realizando
La atleta venezolana del salto con garrocha y clasificada a los Juegos Olímpicos de Tokio, mostró su preocupación a través de su cuenta en Instagram: «Crece la incertidumbre y la desesperación, la cuarentena cada día se alarga más no le veo un fin, mientras que los Juegos Olímpicos no parecen detenerse».
De igual manera hizo mención al ritmo de entrenamientos que se ha podido seguir en otros países: «Los atletas de otros países ya retomaron sus entrenamientos de élite, incluyendo algunas competencias», prosiguió.
Robeilys es una de las atletas venezolanas que comenzó con mejor y mayor ritmo competitivo en 2020 y la emergencia a causa del coronavirus le ha trancado los planes, así como la falta de planificación deportiva sensata en nuestro país: «Esto no parece nada fácil en pocos meses se pierde tu trabajo de años y me atrevo a decir que el de toda mi vida».
Destaca lo cuesta arriba poder llegar a unos Juegos Olímpicos con una preparación desde la casa. Pero a pesar de todos estos obstáculos, «El Rubí de Venezuela» no se rinde, es una de las atletas que mejor sabe reponerse ante la adversidad: «No Estoy diciendo que me rindo ni mucho menos que dejaré de luchar, incluso tengo un plan con algunas rutinas de casa y ya estoy pensando otras opciones para poder agarrar la resistencia. Pero no se trata de eso, hablo de que no se llega a competir en unas Olimpíadas con una preparación de casa».
«Entiendo lo del COVID-19 y puedo entender que primero esta mi salud, así como también estoy viendo que el mundo del deporte no se está deteniendo y nos estamos quedando atrás», prosiguió.
Aclaró que en ningún momento quiere ser pesimista y que simplemente quería desahogarse. Agradeció el apoyo de sus padres por el ánimo y las alternativas que han buscado para su beneficio en los entrenamientos: «No estoy siendo pesimista mucho menos tirando la toalla, he luchado en el deporte desde los 3 años y medio, y no me voy a rendir mientras vea así sea un poquito de luz al final del túnel. Simplemente quería desahogarme y también agradecer a mis padres por estar apoyándome, animando y buscando alternativas para mis entrenamientos».