El analista propone acciones concretas, como «sacar Fuerte Tiuna de la ciudad capital» y negociar con los oficiales honestos
El economista y analista Benjamín Tripier aseguró, en un artículo de opinión, que este es «el momento de los militares» en Venezuela.
«Desde que llegó Hugo Chávez a la presidencia, utilizando la democracia como medio y no como fin, los militares comenzaron a asumir cargos civiles, abandonando su rol institucional e incorporándose a la política partidista activa, asumiéndose “profundamente” chavistas, como si el chavismo siguiera siendo una representación de la mayoría de la sociedad y no una minoría decreciente que, en definitiva, aleja a la Fuerza Armada, no solo de su rol institucional, sino de la mayoría del pueblo venezolano», evaluó.
«Al momento de escribir este informe, la cúpula de la Fuerza Armada se manifestaba abiertamente chavista y enemiga de la oposición política… sin que aun esté claro cuál es la posición de la suma de los militares, pues se ha convertido en una zona ciega, a la que el liderazgo no se anima a preguntar por temor a la respuesta», subrayó Tripier.
Redefinir el rol
Según su visión, «en la primera etapa de reconstrucción, en el pacto de compromiso de la gobernabilidad, la redefinición del rol de la Fuerza Armada será fundamental, así como una firma donde ellos renuncian a su rol político, abandonan los ministerios, se subordinan al poder civil y retornan a los cuarteles a realizar sus actividades específicas».
Estimó que, como existe «una amenaza de invasión militar por parte de una fuerza militar muy superior, la cual predefine el resultado, sería deseable reconocer esa superioridad y permitirle al país político, solucionar sus diferencias sin su intervención, que no solo implicaría su aniquilación militar, sino que llevaría al pueblo a un sin sentido de sufrimiento extremo que no ha pedido, que no se merece y con lo que no está de acuerdo».
Consideró que la redefinición del rol de la Fuerza Armada «vendrá del poder civil, pero tendrá que basarse en iniciativas de ellos, tanto en sus funciones como en el papel que jueguen en la sociedad. Deben volver a ser apolíticas y no deliberantes, pues el experimento anterior salió mal».
Planteó, incluso, que es posible que «luego del retorno a la normalidad democrática, lo que quede de la revolución bolivariana desarrolle un brazo militar que se convierta en una guerrilla venezolana basada en el chavismo extremo y dispuesta al combate y la clandestinidad».
Para Tripier, «nuestra Venezuela del futuro tiene en este tema un problema de difícil solución, que tal vez requiera de apoyos internacionales, dada las simbiosis cada vez mayor entre terrorismo y guerrilla, con impacto más allá de nuestras fronteras».
Sacar Fuerte Tiuna
El analista propone acciones concretas, como «sacar Fuerte Tiuna de la ciudad capital, y reubicarlo en el interior, distribuyendo sus comandos y regimientos en las zonas geográficas que los nuevos objetivos operacionales indiquen como necesarios».
Una parte del pacto de gobernabilidad «va a incluir la negociación con aquellos oficiales de probada honestidad y, desde allí, se llegará a determinar las responsabilidades personales de quienes no se comportaron éticamente en lo profesional, en los derechos humanos y en lo económico».
Adelantó que, de haber un realineamiento geopolítico, se llegará «a las alianzas y pactos militares que se deriven de ellas», y «no cabe duda que se retornará a los conceptos de ejército moderno, cónsonos con nuestro estilo de vida y con las aspiraciones del pueblo venezolano. Alinearnos con los ejércitos sudamericanos y con los Estados Unidos, y hasta la OTAN».