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jueves, 21 noviembre, 2024
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Noel Álvarez: El Gobierno ya no puede dar marcha atrás a las elecciones presidenciales

Texto, fotos y videos: Vanessa Davies

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«Creo que Maduro y el chavismo tienen techo y María Corina no tiene techo. Todos los días crece y se multiplica. Para mí, mucha gente ha superado el miedo», asevera el coordinador del partido Gente y responsable del comando Con Venezuela en Miranda. Maduro «tiene todo el derecho de llamar a sus seguidores, hacer campaña. Lo que no tiene derecho es de hacer un fraude. Y espero que no lo haga»

Fue boxeador entre los 12 y 15 años de edad en los valles de Monay (Trujillo) hasta que, con dos dientes partidos y otras secuelas de los golpes, colgó los guantes. Y los colgó, también, para las peleas de la política. Hoy, como coordinador del partido Gente y responsable del comando Con Venezuela en Miranda, Noel Álvarez evita los discursos agresivos y las peleas con sus adversarios.

Aclara que la campaña electoral como tal ya está organizada, e incluye 10 actos de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia en conjunto. «Arrancamos el día 4 de julio en Caracas. Los dos en Caracas. Todos los actos van a estar juntos. Los dos. El 4 va a ser en Caracas. Se está definiendo el formato. De aquí en adelante todos los actos van a ser en conjunto. Hay una planificación montada; los formatos pueden variar, pero las fechas están claras y las ciudades también».

Espera que haya una variación entre la precampaña y la campaña. «Se supone que ahora el órgano rector de las elecciones en el país, que es el Consejo Nacional Electoral, tiene que hacer valer toda su autoridad sobre el Plan República y la Fuerza Armada, que se pone bajo la égida del poder electoral en una campaña electoral y de unas elecciones. Tiene que hacer valer los derechos de los ciudadanos» y de los candidatos. «Pienso que debe haber respeto en el marco de una campaña electoral. La precampaña no está regulada. A partir de este jueves puedes decir esta es la votación, y el gobierno tiene que respetar el derecho de los venezolanos».

¿Si no es así? «Pues seguiremos, porque nosotros estamos en el marco de una campaña electoral y estamos convencidos de que la violencia no debe existir de parte nuestra. Nosotros estamos comprometidos con un proceso electoral para llegar a unas elecciones libres, transparentes, y que haya una sustitución de gobierno. No hay marcha atrás ni hay caminos colaterales».

En el periodo de precampaña «la reacción del gobierno ha sido muy dura; de hecho, el 23 de Enero, en el primer acto político que hizo María Corina en la plaza Altamira, tuvimos que mudarnos porque los simpatizantes del gobierno invadieron la plaza y hubo un conato de enfrentamiento, y pusieron presos a nuestros primeros jefes de campaña», rememora. Después «pusieron preso al jefe del comando en Barinas, y ha seguido la persecución contra todos: el director de organización, Henry Alviárez; la jefa política, Dignora Hernández, y todo lo que hemos visto de allí en adelante ha sido muy duro». Ha sido «un nivel de violencia nunca visto por parte de nosotros; desde 1978 estoy participando en cuestiones políticas y no había visto un nivel de persecución como el que he visto en este momento».

La actitud de los entes del Estado ha tenido un efecto bumerán, estima Álvarez, «porque cuando a un ser humano lo persiguen, lo victimizan, y eso ha sucedido con María. El hecho de que a María no le permitan abordar un avión le ha facilitado recorrer todas las poblaciones. He tenido la oportunidad de montarme con ella y ver cómo paran el carro, en los pueblitos más pequeñitos donde va pasando ella tienen que pararse, hablar, dar un discurso, saludar a la gente. Ellos han contribuido con eso. Eso que se hacía antes de venir de la periferia al centro María lo está haciendo, y ayudado por el régimen de alguna forma. Ellos mismos están ayudando».

También, «que María sea mujer», y «una mujer que hasta ahora ha sido consecuente con lo que ha dicho y ha mostrado con la palabra y los hechos. Es una persona incorruptible En Venezuela estamos acostumbrados a que los que llegan a un puesto dicen una cosa y hacen otra, y los que están e puestos públicos lo que hacen es beneficiarse, tanto ellos como sus familiares. Esa es una práctica nefasta que debe ser corregida».

Álvarez refiere que acompaña a Machado desde 2018 «cuando no tenía nada, y veíamos cómo la propia oposición hasta repudiaba a María con epítetos bastante fuertes; sin embargo, ella se ha mantenido bastante fuerte y eso le ha ganado muchísima simpatía. Hoy día los que decían del lenguaje fuerte de María se han dado cuenta de que eso la ha beneficiado en el tiempo». Ella «no está aspirando al poder para enriquecerse, porque sabemos que viene de una familia empresarial, una familia de clase alta. No está buscando recursos económicos; no es lo que María persigue. María persigue el bienestar de la población, un sueño, la política para tratar de mejorar el país».

A Machado «la ven como la madre de Venezuela, porque está hablándoles a las madres y a las familias como una madre más que ha tenido que salir, que ha tenido que soportar la ausencia de sus hijos. Uno de sus hijos se casó, y otro se graduó, y ella lo vio por medios electrónicos, porque no puede salir. Tiene prohibición de salida del país y ha sufrido los embates del gobierno y de las injusticias de la llamada ‘justicia’ en Venezuela».

Evalúa que pocas veces «se ha visto un fenómeno como el de María Corina. He estado a su lado, fui coordinador de Independientes con Henrique Capriles, recorrí el país varias veces y hoy día estoy con María y he visto cómo ha venido creciendo. En enero de 2023 María no tenía la popularidad que tiene hoy. En aquel momento tenía solo 5%. El disparo de la popularidad de María se da en mayo de 2023, no la ha parado nadie y creo que no la va a parar nadie».

-¿Qué significa? Maduro también tiene sus seguidores.

-Por supuesto. Pero creo que Maduro y el chavismo tienen techo y María Corina no tiene techo. Todos los días crece y se multiplica. Para mí, mucha gente ha superado el miedo. Empleados públicos que pensaban que si ella ganaba los pondrían presos, y les digo que eso no tiene sentido. Además, ella va a venir cuando le corresponda. Espero que sea una transición lo más corta posible el gobierno de Edmundo González.

-¿Un periodo constitucional?

-Tenemos que fijarnos de alguna forma en lo que han sido las transiciones democráticas en los países. Uno de los más notorios es el efecto Cámpora en Argentina, cuando eligen a Cámpora porque el general no podía acceder al poder, y duró solamente 49 días pero hizo un cambio legislativo importante que le permitió a Perón acceder al poder.

-¿Espera algo así?

-Esperaría algo así, una transición ordenada. Esos son procesos de negociación en los cuales hay grupos de estrategia que deben estar trabajando eso. Yo no pertenezco a esos grupos de estrategia. Pero deben ser grupos ordenados y debe haber algo preestablecido.

-¿El país no necesita un periodo de González Urrutia para aquietar las aguas?

-Cuando hablamos de una transición el ponerse de acuerdo sobre cuánto va a durar es un tema. Lo sigo viendo como un periodo de transición. Los que somos creyentes, es mi caso, creo que nos lo puso dios, porque venir del chavismo a saltar a una parte radical era un mecanismo duro y difícil para muchos aceptarlo, era tragar grueso. El discurso que le hemos visto al candidato es un discurso pacifista, de integración, de respeto. Se trata de justicia y no de retaliación. Una de las cosas más importantes de cara al futuro es el respeto por la división de poderes, porque cuando ve que el Presidente dice «voy a mandar preso a este, hago esto», me pregunto dónde está el Tribunal Supremo de Justicia, dónde están los jueces. El primer magistrado del país debe decir que la justicia se encargará de eso, y deben velar desde el Poder Ejecutivo porque se haga justicia, pero no sentenciar de buenas a primeras, quitar o decir que no existe delito.

-¿La transición es también para eso?

-Creo que sí. Por allí debe venir. Hay gente que dice «tenemos que hacer caída y mesa limpia». Yo no lo creo. Creo que hay que respetar a mucha gente. El chavismo va a seguir porque es un movimiento político que está allí y que, de cara al futuro, va a continuar. Hay gente buena y gente mala, igual como tenemos en la oposición. Tenemos que ver quiénes son los mejores, y si hay participación en el gobierno tenemos que verlo y saludarlo como un proceso democrático.

-¿Qué esperaría del chavismo en la transición?

-Que respete los mecanismos, que no haya violencia. Lo que teme mucha gente es que haya violencia urbana. Eso sería lo peor que le podría pasar al país. Creo que nosotros tenemos que pasar por un periodo de pacificación en Venezuela, donde se desmonten estos grupos violentos que han venido persiguiendo gente, agrediéndola. Y que dejemos de estar persiguiendo gente por el derecho de disentir o ejercer los derechos políticos. Todo el mundo tiene derecho de pensar, y siempre y cuando esté en los límites de la legalidad no tiene por qué ser perseguido.

-¿Qué pasa si Maduro gana?

-Lo descarto totalmente en estos momentos, es mi opinión personal; descarto que Maduro pueda ganar. Sería una aberración tan grande que nos digan el 28 por la noche que Maduro obtuvo una cantidad de votos que no tiene, porque no los tiene. Cuando vas a la calle y le preguntas cara a cara a la gente por quién va a votar, abiertamente te dicen «yo estoy en contra», 8 de cada 10 dicen que votarán en contra del gobierno, eso es una realidad. No me hace falta el estudio de opinión, no hace falta que me lo diga una encuestadora; es que lo estoy viviendo en la calle todos los días, y hablo con la gente en mercados, barrios, en todas partes. Yo diría que tiene más resistencia en las clases altas, que en las clases bajas. Las clases bajas están clarísimas sobre lo que está pasando. Todo el mundo dice «voy a votar en contra».

-¿Piensa que la base popular del chavismo va a votar en contra?

-Creo que ellos tienen un tope de cuatro millones de votos, y creo que lo pueden lograr. Para mí, ese es un techo; 3 millones, 3,5 millones, 4 millones de votos, De ahí no veo que pase. La oposición no tiene techo, creo que puede estar entre 6 millones, 7,5 millones, 8 millones. Con una diferencia tan abismal es muy difícil que alguien te pueda hacer una trampa.

-¿Posponer o suspender las elecciones?

-No lo veo. Eso podían haberlo hecho en enero o en febrero, pero cada vez que se acerca más la fecha, el costo es más alto. No somos una islita. Estamos en el concierto de las naciones, donde todo el mundo está en estos momentos con la mirada puesta en Venezuela. Este no es un proceso cualquiera. Tenemos a la OEA, la ONU, la UE, Estados Unidos.

-¿El gobierno no puede dar marcha atrás?

-No lo veo. Para mí, y no comprometo la opinión de muchos otros, no puede dar marcha atrás. Para mí, eso tiene que darse. Él tiene todo el derecho de llamar a sus seguidores, hacer campaña. Lo que no tiene derecho es de hacer un fraude. Y espero que no lo haga. Y espero que la Fuerza Armada institucional actúe como tiene que actuar en una democracia: haciendo respetar los resultados. No tengo ninguna duda sobre los resultados.

Álvarez aclara que no es amigo del Plan República, que no le gustan los militares en acciones civiles como las elecciones. «Lo critico desde siempre. Me parece que no tiene sentido y en algún momento se cambiará. Pero eso nos favorece, porque la Fuerza Armada, a través de las mesas y la gente del Plan República, se va a dar cuenta de lo que está pasando. Es muy difícil que le vayas a decir a la Fuerza Armada que ganaste cuando ellos están viendo que la cuestión es totalmente contraria. A la Fuerza Armada lo único que se le pide es respeto por la Constitución y la voluntad del pueblo. En el momento en que el pueblo se manifieste y haya una mayoría evidente, no tiene que hacer más nada. La voluntad fue esta, se manifestó y debe ser respetada».

Descarta que la oposición planifique actos de sabotaje contra el servicio eléctrico o los puentes del país. Asegura que hay fake news de un lado y de otro, pero insiste en que se trata «de dilucidar, en sana paz y dentro de un marco democrático, las diferencias que podemos tener como ciudadanos venezolanos. Todos somos venezolanos y todos vamos a estar aquí. Nadie tiene por qué decirme que debo irme del país, pero yo tampoco tengo el derecho de decirle a nadie que se tiene que ir, o por qué perseguirlo. Porque tan venezolano como soy yo, son ellos. Nosotros tenemos que convivir internamente con eso».

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