El excitante urbano anunció su retiro de la música durante un concierto en su país natal
Raymond Ayala, nombre de pila de Daddy Yankee, reapareció nuevamente el pasado domingo en una iglesia en Puerto Rico, ofreciendo por primera vez su testimonio de vida, después que en diciembre pasado informara su conversión al cristianismo.
Se presentó en la iglesia Refugiados en su Presencia, en Las Piedras, en Puerto Rico, donde el exreguetonero admitió ante la congregación que “el orgullo” fue lo que lo separó de Dios en su carrera artística, por más de tres décadas.
“Hoy quizás yo estuviera en una gira haciendo millones de dólares, pero yo estoy aquí completamente gratis y tengo un gozo que no me ha dado el mundo”, comenzó su testimonio Ayala, en un video que el influencer Maikibackstage compartió en sus redes sociales.
“Veinte años me costó volver aquí, pero el orgullo fue lo que me separó de Dios… El orgullo. Por eso es bien importante cuando estamos en el camino reconocer nuestra debilidad, porque el ser humano no nace con humildad. El ser humano nace con orgullo”, agregó.
Asimismo, señaló que los seres humanos tienen “la humildad a través del Espíritu Santo” y que dicha actitud “es la raíz de toda justicia”.
Ayala anunció que finalizaba su carrera en el mundo del reguetón durante su quinto concierto en La Meta, en el Coliseo, donde anunció que comenzaría una nueva historia, un nuevo comienzo, al iniciar su vida en Cristo.
“Mi gente, este día para mí es el más importante de mi vida. Y se los quiero compartir, porque no es lo mismo vivir una vida de éxito que una vida con propósito”, expresó, tras concluir el espectáculo ante miles de personas en la principal sala de espectáculos de la isla.
“Por mucho tiempo intenté llenar un vacío en mi vida que nadie pudo llenar. Trataba de rellenar y buscar un sentido a mi vida. En ocasiones aparentaba estar bien feliz, pero faltaba algo para hacerme completo. Y les tengo que confesar que esos días terminaron”, sostuvo Ayala.
Frente a toda su familia, aseguró que “alguien pudo llenar ese vacío que sentía por mucho tiempo” y reconoció “que para todos era alguien, pero yo no era nada sin Él”.