En Venezuela «no tenemos soluciones. Tenemos manejos para supervivencia. La gasolina va a funcionar como la electricidad o como el agua, o como el gas: A veces tienes, a veces no tienes», explica el economista y asesor gerencial. «El sector privado, básicamente, está sin freno, sin controles. Está avanzando. Entras al supermercado iraní y prácticamente no hay registro sanitario. Entra a cualquier supermercado y busca cualquier producto y te vas a encontrar productos sin registro sanitario»
Siempre dice que va a hablar, sobre todo, de economía, y siempre cae en la tentación de conversar sobre lo político y lo social. No lo puede evitar, porque no hay números sin cabeza que los piense y los analice. Benjamín Tripier, economista y asesor gerencial, está convencido de que la reducción de la economía venezolana y el empobrecimiento de la población son consecuencia de un diseño. Argumenta que el primer año se puede pensar que es impericia, pero que siete años «de reducción de todos los mecanismos de bienestar para tratar de meter a todos en el mismo paquete» permiten arribar a una conclusión: lo que ocurre es a propósito.
Tripier evalúa que la epidemia de COVID-19, y la cuarentena instaurada desde marzo, han empeorado la vida de los venezolanos: Incluso hasta el punto de que están «raspando», no la olla, sino la pintura de la olla.
El estado de la economía «es el mismo que teníamos antes», pero «a una velocidad mayor y con el factor trabajo colapsado». Por eso afirma que, para soportar las crisis, «hemos estado ‘raspando la olla’ individual». Es decir, «comiendo los ahorros». Ahora es peor. Tripier refiere la experiencia de muchos que dicen «anoche nos fuimos a dormir más temprano para no sentir el hambre».
En su criterio se habla de lo político, mucho; de lo económico, un poco menos, y de lo social, muy poco, aunque es lo social lo que más está cambiando. Como personas hemos cambiado, y estamos más preocupados «por cosas más reales» y menos por lo político «porque la política perdió prestigio, perdió credibilidad y perdió presencia; hay cosas mucho más importantes».
Claro, otros se aprovechan. Los gobiernos poco dispuestos a la alternabilidad «utilizan estas situaciones para endurecer su control», advierte. Lo comenta por Argentina, y también, por Venezuela con el llamado a elecciones. Es constitucional, pero, ¿en qué condiciones? «Estamos en una situación muy complicada».
En un reciente análisis sobre el oficialismo Tripier consideró que hay tres círculos: uno grande, del chavismo; uno más pequeño, del PSUV, y otro más pequeño aún, que es el gobierno. «Esos tres círculos están prácticamente sin tocarse entre sí. El partido tiene una intersección relativamente baja con el chavismo, y el gobierno tiene una intersección relativamente baja con el partido y con el chavismo».
El analista piensa que lo económico «está más o menos agarrando una dinámica de supervivencia, lo político tiene el juego trancado, pero donde debemos poner el ojo ahora es en lo social. La sociedad está cambiando, creo que ya cambió y cambiará más, y el gobierno sigue tratándola como si fuera la anterior, la que tuvimos hace 150 días».
De vuelta sobre lo económico, sostiene que «la economía agarró un ritmo propio, el de la inercia, que se está moviendo más como si fuera liberal que como si fuera controlada». A su juicio «en lo económico ya el gobierno perdió la gobernabilidad», porque incluso «esa burbuja de producción que hay es la que sirve para alimentar el resto del país, porque ya el gobierno no tiene cómo traer su propio CLAP».
-El sector privado, básicamente, está sin freno, sin controles. Está avanzando. Entras al supermercado iraní y prácticamente no hay registro sanitario. Entra a cualquier supermercado y busca cualquier producto y te vas a encontrar productos sin registro sanitario. Esto significa que se está moviendo la economía en forma autónoma- expresa.
En ese contexto la realidad del venezolano se va pareciendo a la del chino. «China tiene 200 millones de habitantes en el capitalismo y 1.100 millones de habitantes en pobreza fuerte bajo un régimen comunista cerrado». En Venezuela «está ocurriendo algo así», detalla: 85% de la población está sometida «a una pobreza inducida» y 15% está consiguiendo un dólar aquí y un dólar allá y logra realimentar esa economía liberalizada aun cuando han variado sus prioridades.
Benjamín Tripier pide quitar la palabra solución del vocabulario: En Venezuela «no tenemos soluciones. Tenemos manejos para supervivencia. La gasolina va a funcionar como la electricidad o como el agua, o como el gas: A veces tienes, a veces no tienes. Estás en el interior y te van a cortar todo, si estás en Caracas a lo mejor te administran un poco más. Cuando alguna variable entra en crisis ya no tiene capacidad de volver».
Igual que con el coronavirus, ejemplifica, parece que las autoridades decidieron convivir con la inflación. No hay una estrategia para controlarla, afirma.