El «selfie» del presidente de El Salvador, en la tribuna de Naciones Unidas, levantó revuelo en los medios internacionales. «Créanme, muchas más personas verán esta selfie que las que escucharán este discurso», dijo Nayib Bukele
Es una ocasión trascendental, la reunión anual de la Asamblea General de Naciones Unidas, en la que decenas de jefes de Estado y de Gobierno se dan cita una vez al año. Llega el turno de El Salvador, y su presidente, Nayib Bukele, no puede resistirse, antes de arrancar su discurso se hace un «selfie».
Tras llegar al estrado, saca el móvil, elige concentrado las preferencias de la cámara mientras saca levemente la punta de la lengua, sonríe y ya está: El autorretrato de un presidente en el púlpito de Naciones Unidas.
«Estar aquí ante ustedes en esta Asamblea General número 74 es un privilegio y un honor que quise compartir con el mundo (…) Espero que haya salido bien», dijo en sus primeras palabras a la audiencia después de dejar de sonreír a la pantalla del teléfono.
Tras el frívolo gesto de la foto, el presidente de El Salvador construyó el discurso sobre su «selfie». «El nuevo mundo ya no está en esta Asamblea General, sino en el lugar a donde irá esta foto, a la red más grande del mundo, donde miles de millones de personas están conectadas prácticamente todo el tiempo y casi en todas las facetas de la vida», apuntó.
Para ir después aún más allá al afirmar: «Aunque no lo queramos aceptar, la red cada día se vuelve más el mundo real y este formato de Asamblea se vuelve cada vez más obsoleto».
En este sentido, Bukele instó a «aprovechar la gran red que se está construyendo bajo nuestros ojos» para salvar la «relevancia» del organismo.
Con su mujer Gabriela Rodríguez de Bukele, en la sala llevando a su hija Layla en brazos, Bukele sostuvo que con una asamblea en la red se podría evitar que miles de diplomáticos tuvieran que viajar a Nueva York, dejando a sus familias y amigos y además se podrían ahorrar varios centenares de millones de dólares.
Los diputados opositores Margarita Escobar y Shafik Handal, no tardaron en calificar de «vacío» el primer discurso del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.