Líder, perfeccionista, curioso, maduro. Descubre quién es el nuevo defensor de la Juventus
No hay nada de normal en Matthijs De Ligt. Con sus 1.89 m y 89 kg parece más grande de lo que es, el carisma lo hace ver mayor en la cancha, pero no sólo en el campo, su liderazgo también afloró durante su discurso como capitán desde la Museumplein de Amsterdam; cuando celebró junto a la hinchada el titulo recién ganado y explicó: «Jugamos contra el Bayern, el Real Madrid y la Juventus, nadie nos detuvo. Demostramos lo que representa el Ajax, y esto es el fútbol ofensivo».
Ese discurso, inmortalizado en video, se volvió viral y le dio la vuelta al mundo, así como otro video que hace dos años mostraba al chico aupando a sus hinchas durante un partido como visitante.
De Ligt tenía tan solo 17 años y su excompañero, Maximilian Wöber, lo definió de la siguiente manera: «Es uno de esos que hace la diferencia en el vestuario, es de los que se para del banquillo, antes del partido, y se asegura, uno por uno, que todos estemos listos y cargados para salir a la cancha». y el director del Ajax, Van der Sar explicó: «Parece un profesional desde hace 7 u 8 años, es muy maduro para su edad, tiene el físico de uno de 24 años».
De Ligt creció en Abcoude, un pueblo de ocho mil habitantes, entre Amsterdam y Utrecht. Su padre era jugador de de tenis y de hockey sobre césped, su madre, también tenista, de tal manera que Matthijs se inició en esos deportes. En Abcoude, el campo de hockey y el de fúbtol se encuentran uno al lado del otro, durante un entrenamiento vio a sus amigos jugando fútbol y decidió probar. «Desde aquel momento, no volví a jugar hockey», asegura la joven promesa holandesa. Tenía seis años, pasó tres en el equipo del pueblo, a los nueve lo llamó el Ajax.
Habían dudas; no todo el mundo en Amsterdam estaba de acuerdo. El staff técnico decía que De Ligt estaba un poco pesado, como efectivamente se ve en las fotos de la época y como recientemente confesó Matthijs en persona: «Cuando llegué al Ajax me mandaron inmediatamente a un dietólogo». De Ligt decía haber crecido entre los 13 y 16 años: «diez centímetros en un año, no es un estirón exagerado, pero sí fuera de lo común.» Con su nueva talla entendió que podía tener futuro como profesional; «Creía poder lograrlo, al rededor de los 16 años. No había sido fácil, pero sabía que tenía las habilidades para ser un futbolista.»
Pareciera hablar de un tiempo lejano, remoto, pero estamos hablando de tan sólo tres años atrás (2016). Matthijs se dedicó de manera expedita a quemar las etapas. Pasó por el primer equipo con 17 años y pocas semanas después, debutó con la selección holandesa, convirtiéndose, con tan sólo 6 partidos como profesional, en el jugador más joven de su selección nacional, desde 1931.
Nada más impactante que ver sus videos en las juveniles, donde, no sólo prometía un gran futuro entre los profesionales, sino un verdadero adulto entre niños.
De Ligt es uno de los hijos del célebre Plan Cruijff (programa de desarrollo juvenil que lleva el nombre del gran Johan Cruijff); base sobre la cual se construyó la actual generación y significó el regreso a los orígenes que, del 2011 al 2015, revolucionó el organigrama del Ajax y los métodos de trabajo en las categorías juveniles.
Un ejemplo de cómo el Ajax trabajó en el desarrollo de Matthijs, está en la decisión de hacerlo jugar también como mediocampista, mejorándole la confianza con el balón en espacios reducidos. Una decisión que llegó desde la cúpula de la organización a pesar de la perplejidad de los entrenadores juveniles.
«Habían peleas entre nosotros y los entrenadores. Ellos querían hacerlo jugar como defensa central, nosotros decíamos que no, que tenía que jugar en la mediacancha, porque unas de sus debilidades eran: la velocidad en los movimientos y en las lecturas. Entonces necesitaba jugar en la media y desarrollarse como volante. Ellos decían que era mejor como central, y esto era obvio, de hecho, más adelante; en el primer equipo, lo retrasarían (volviendo a su posición natural)». explicó Ruben Jongkid, uno de los creadores del Plan Cruijff
Según Jongkind, fue Wim Jonk quien sugirió la idea, cuando Matthijs estaba en la sub-17. Una vez de regreso al centro de la defensa, De Ligt fue colocado en un plan de entrenamientos especiales, para perfeccionar su velocidad natural.
Hoy en día es mucho más rápido de lo que su estatura y peso nos permite calcular, sobre todo en las largas distancias. Trabajó también con el excampeón de velocidad, Troy Douglas, en estos momentos entrenador especializado del Ajax, a partir de lo cual obtuvo una enorme confianza en las coberturas. «Se que mi velocidad está bien, en el Ajax estoy entre los mejores cinco. Pero busco mejorar en todos los aspectos: velocidad inicial, dirección, defensa y mano a mano».
De Ligt parecía listo para jugar en cualquier equipo, en cualquier nivel, pero también, sobre la base de cuánto le queda por mejorar, trató de escoger su nuevo equipo, buscando seguridad en la titularidad: «Para mí, la cosa más importante es saber que en el club en cual jugaré, pueda ser protagonista y jugar muchos partidos» Estas eran sus palabras cuando no se sabía aún nada acerca de su futuro.
A diferencia de su amigo, Frenkie de Jong (comprado por el Barcelona en plena temporada), él nunca tuvo claro cuál sería su vida después del Ajax. «No tengo un equipo en el cual sueño jugar, más allá del Ajax. Mi único sueño era jugar en el Ajax.» Razón por la cual buscó ayuda en Mino Raiola, dejándole prácticamente «carta blanca» en el asunto.
Ninguna de las voces del mercado, Barcelona, París, Torino no parecían haberlo tocado directamente: «Estoy muy emocionado por lo que vendrá en el futuro, pero estoy también tranquilo, lo veo como un reto y es la cosa más importante.»
La Juve como doctorado
«Me gusta mucho observar a Sergio Ramos, incluso si parece un defensa algo sucio (poco elegante). Me gustan muchísimo los defensas italianos en el fútbol contemporáneo, también los del pasado.» fueron palabras del defensa al llegar a la Juventus, las cuales pueden parecer propagandísticas, pero, al escuchar el círculo de Matthijs, son propias de un joven genuinamente curioso; ávido por descubrir el pasado y aprender algo que utilizar en el presente.
Por ejemplo, Ronald Koeman, su técnico en la selección, aseguró que «Matthijs está muy dedicado a mejorarse constantemente, dentro y fuera del campo. Una vez compartía un taxi con él y me inundó de preguntas acerca de Hristo Stoichkov, Romario y Michael Laudrup en el Barcelona, quién era mejor, quién era el más difícil como adversario, quería saberlo todo, y ya sabía bastante».
De Ligt, en este momento, fácilmente es un jugador que se encuentra cómodo en su rol y que cumple con todas las expectativas de un central en el 2019: en el anticipo parece un tren a todo vapor, y es capaz de mantener el mano a mano contra cualquier tipología de delantero. Se barre con una facilidad desarmante y corrige velozmente la cintura para no dejar un centímetro a los externos adversarios. Se exalta durante los duelos individuales, en los que puede escoger el tiempo para poner la pierna, y arrancar en conducción.
Parece ser el primero consciente de que, a su edad, tiene que tener de todas formas márgenes de crecimiento en los aspectos de su juego. No hay ningún interés en esconder sus defectos, debidos sobre todo a su edad: a veces tiene problemas de lectura de juego y de movimiento junto a la línea defensiva, otras veces es impaciente en buscar el duelo y en ganarlo, lo que puede repercutir negativamente sobre el desarrollo de la acción.
Como dice él mismo «Busco siempre ganar los duelos individuales; hago lo imposible para lograrlo.» Además, suele pasar que, por centrarse tanto en el balón, se vuelve vulnerable a sus espaldas.
A esto hay que agregarle el hecho de que, aunque De Ligt le da importancia a su comunicación con los compañeros, no siempre se mueve en sintonía con el reparto, él mismo asegura que: «Como defensa es muy importante comunicarse con los jugadores a tu al rededor. Simplifica la vida, si te comunicas puedes salir de la primera línea para un anticipo sobre el delantero.»
Posiblemente el joven futbolista aún debe asimilar que la clave de la victoria no está en el duelo directo, porque probablemente el otro equipo use al delantero como pivote. Para muestra un botón, el caso de Fernando Llorente, durante la semifinal de la Champions entre el Ajax y el Tottenham.
Como lo dicho antes, la verdadera fuerza de Matthijs es la consciencia de sus debilidades y de sus fortalezas, como base para poder mejorar. Y justamente su llegada a la Juventus promete ayudar muchísimo en su desarrollo, al lado de un defensa experto como Giorgio Chiellini, quien también tuvo un estilo de juego agresivo, al comienzo de su carrera.
El excapitán del Ajax tiene que pensar como parte integrante de un reparto, tiene que confiar en sus compañeros tanto como en sí mismo, y Sarri, su entrenador, puede ayudarlo a mejorar aún más en el juego con el balón.
Aunque es preciso decir que ya ha demostrado estar más que preparado para el «protagonismo en salida» pero su técnica aún no está a la altura de los mejores del mundo, siempre consiogue un pase «rompe lineas»; sin demostrar miedo alguno, escogiendo entre buscar a alguien cerca o a un compañero lejano.
Más allá de alguna mejora por hacer, De Ligt llega a la Juve como un buen jugador, alguien que puede ser decisivo desde ya, gracias al trabajo del Ajax. Se ve bien, por ejemplo, en el cabezazo (fundamental, entre los mejores del planeta) por la manera en la cual busca el impacto del balón y en la fuerza que logra imprimirle. Se ve que De Ligt no es puro talento, sino mucho trabajo. Los hechos no mienten, seis goles en el pasado campeonato; cinco de cabeza, a partir de tiros de esquina.
Es común observarlo tomando carrera desde fuera del área, tratando de distanciar a los rivales y llegar con la máxima velocidad de impacto al balón, justamente como en el gol que le hizo a la Juve (su actual equipo), en cuartos de Champions cuando jugaba con el Ajax.
De Ligt es un proyecto de fenómeno, un chico de 19 años al cual no le falta absolutamente nada, ni en el juego, ni en la mentalidad; para seguir mejorando, sin perder de vista que hoy está entre los mejores del mundo.