Nicolás Maduro ha emprendido una gira internacional por diversos países del Golfo Pérsico y África, que responde en gran medida a 3 claros objetivos:
- Consolidar acuerdos orientados a acelerar la recuperación del músculo financiero de Venezuela, de cara a unas inminentes elecciones presidenciales que ameritan de condiciones económicas óptimas.
- Demostrar a Estados Unidos y a la comunidad internacional Occidental que, a pesar de quedar por fuera de la Cumbre de las Américas, Venezuela mantiene su influencia y su capacidad de acordar alianzas estratégicas con otros países que sí reconocen al gobierno como interlocutor legítimo.
- Reubicar a Venezuela como país exportador de recursos energéticos, aprovechando el contexto de escasez generado por la guerra en Ucrania y la consecuente ausencia de Rusia en este mercado.
Su paso por Turquía, Argelia, Irán, Kuwait, Qatar, y Azerbaiyán, estuvo marcado por la oficialización de acuerdos bilaterales en diversas áreas, pero destacaron la energía y el comercio. Su reunión en Kuwait con el próximo secretario de la OPEP, Haitham Al-Ghais, y su visita a plantas de energía en Irán dan claras señales de que la prioridad de esta gira se ubica en este eje.
Poca información oficial se ha conocido sobre el contenido de los acuerdos. En los comunicados de la presidencia se ha hablado en cada estadio de la gira de «cooperación bilateral estratégica», (38 acuerdos en Argelia, la alianza más grande consolidada en esta gira), sin embargo, son escasos los detalles, lo que indica que estos acuerdos en materias de cultura, turismo, transporte y tecnología, no son precisamente una prioridad para la narrativa oficialista.
Lo que sí está claro en cómo se ha construido la narrativa de este viaje es que la administración de Miraflores quiere posicionarse como un potencial canal, consolidando alianzas con países considerados actores antisistema, como Irán, Argelia, y en cierta parte Turquía. Durante la gira, Maduro mostró su respaldo al pueblo de Palestina, y en su estadía en Azerbaiyán, anunció los preparativos para la próxima Cumbre del Movimiento de Países No Alineados.
La intención, los objetivos, y en suma, la estrategia, apuntan a construir una nueva ingeniería que principalmente es política y financiera, y apunta a favor del mantenimiento del status quo del poder en Miraflores.
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