La Mesa de la Unidad Democrática, imposibilitada de participar a partir de 2018 por un dictamen del TSJ, podrá hacerlo en las megaelecciones del 21 de noviembre
Pocos dirigentes opositores no hablan con nostalgia de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), instancia organizativa de la oposición que le infligió una derrota descomunal al oficialismo en las elecciones parlamentarias de 2015. La MUD se convirtió en un escenario de confluencia de las organizaciones políticas que adversan al oficialismo, luego de experiencias como la Coordinadora Democrática.
En 2018, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ordenó al Consejo Nacional Electoral (CNE), excluir a la MUD por considerar que incurría en doble militancia. A partir de ese momento, la oposición quedó sin grandes espacios de coordinación, salvo el Frente Amplio Venezuela Libre, disuelto por la vía de los hechos.
Pero este martes 28 de junio, el presidente del CNE, Pedro Calzadilla, informó que hay ocho organizaciones nuevas habilitadas para las megaelecciones regionales; una de ellas es la MUD.
Fundada en 2008 por al menos 10 partidos, la MUD fue coordinada por el dirigente político Ramón Guillermo Aveledo, quien renunció en 2014, reconocido como un batallador político.
Entre 2014 y 2017 la secretaría de la MUD estuvo en manos del periodista Jesús Chuo Torrealba. Posteriormente una junta reestructuradora asumió las riendas.
Su gran victoria electoral, la de 2015, permitió a la oposición obtener 112 de 167 diputados.
La MUD tuvo la virtud, además de poner de acuerdo a factores de oposición, de reunir a dirigentes de todos los extremos políticos.
Con la nueva decisión del CNE, la MUD puede convertirse en la gran protagonista de las megaelecciones. Aveledo, en un mensaje en redes sociales, renovó su llamado unitario.
También el dirigente opositor Stalin González, aseguró que esta es «una oportunidad para reagruparnos y reconstruir la alternativa para el cambio político que anhelamos».