«Creemos que todavía no es el momento para decidir si se participa o no» en las elecciones parlamentarias porque «estamos todavía en la fase de continuar exigiendo condiciones», señala el activista de derechos humanos. «El liderazgo de Juan Guaidó, por razones de tiempo y de caducidad tiene los días contados porque ese prestigio que tiene como presidente de la Asamblea Nacional» y porque el rol institucional que cumple finaliza el año que viene
Lo cortés no quita lo valiente, y nada más cierto en el caso de Rafael Uzcátegui. Una búsqueda en Google da pistas sobre quién es @fanzinero: además de coordinador de la organización de derechos humanos Provea, se define como libertario. Ser libre y libertario es tener la lengua suelta para criticar y construir. Uzcátegui lo ejerce en esta conversación con contrapunto.com hecha en un tiempo, pero dividida en dos partes. La primera, ya publicada, sobre las violaciones de derechos humanos por parte del gobierno de Nicolás Maduro. La segunda, la presente, acerca de las elecciones parlamentarias, la sociedad civil y el rol del dirigente opositor Juan Guaidó.
Esta es la primera:
https://contrapunto.com/especiales/entrevistas-ctp/rafael-uzcategui-la-nueva-normalidad-es-la-censura-la-autocensura-y-mas-represion/
¿Son las elecciones parlamentarias las que nos van a llevar a una solución? «Cualquier solución al conflicto de Venezuela pasa por la consulta a los venezolanos, sin coacciones, de manera libre, de manera inclusiva» para que todos los sectores de los chavismos y de las oposiciones puedan participar, expone Uzcátegui en entrevista por Zoom. «En ese proceso de la recuperación de la institucionalidad democrática las parlamentarias son una oportunidad para comenzar».
Como integrantes de la sociedad civil «seguimos estando en momentos de pedir la mayor cantidad de garantías posible para que la gente participe» y ejerza su derecho al voto con la certeza «de que esos resultados se van a respetar».
Para Uzcátegui «estamos en ese momento. Creemos que todavía no es el momento para decidir si se participa o no, estamos todavía en la fase de continuar exigiendo condiciones» y de interpelar a todos los sectores políticos del país.
Como sociedad civil «así como muchas veces cuestionamos las decisiones lesivas de derechos humanos del gobierno, también como sociedad civil hemos cuestionado las decisiones de los sectores opositores que han desviado este camino de una solución pacífica y democrática, y hemos sido muy críticos con ese discurso de que todas las opciones están sobre la mesa».
Hay que pensar que esas condiciones van a ser progresivas: «Lo que logremos ahora va a permanecer para los siguientes procesos electorales, donde se deben incorporar más. Hay que tener una visión de corto, mediano y largo plazo y tener entendido que la siguiente cita electoral posible es la solicitud de un revocatorio presidencial como está establecido en nuestra Constitución».
Los derechos también son de las organizaciones políticas, como es el caso de Nicmer Evans, que «ha intentado legalizar una organización político-partidista para presentarse a elecciones y no ha podido». Ciertos sectores de los chavismos «tampoco tienen esa posibilidad».
Progresivamente la sociedad civil venezolana ha definido un perfil propio para opinar sobre el camino de la solución, «independientemente de que sea políticamente aplaudido de manera mayoritaria».
«Hemos venido aumentando el costo político de esos sectores que continúan diciendo que todas las opciones están sobre la mesa o que quisieran tener un atajo insurreccional» que «la gran mayoría de los venezolanos no quiere en este momento».
Refirió «la crisis interna de los sectores opositores» y subrayó que «el liderazgo de Juan Guaidó, por razones de tiempo y de caducidad tiene los días contados porque ese prestigio que tiene como presidente de la Asamblea Nacional» y porque el rol institucional que cumple finaliza el año que viene. «Quizá lo que se ha construido alrededor de él le interesaría promover esta tesis, a la cual nosotros nos hemos opuesto desde el primer momento, de ese supuesto gobierno en el exilio, de la continuidad administrativa de la Asamblea Nacional». Si esa hipótesis continúa siendo impulsada «en la sociedad civil no vamos a continuar con el chantaje del silencio de la unidad».
Hoy día «tenemos una crisis de representatividad», subraya. «El propio liderazgo de Juan Guaidó, según todas las encuestas, ha venido disminuyendo porque hay una desconexión de los problemas de la gente». Ahora «todos estamos preocupados por el coronavirus» pero «gran parte de los discursos de la presidencia de la Asamblea Nacional, o de la presidencia interina, eran relativos a la operación antinarcóticos que se realizaba en las aguas del mar Caribe».
La gente está entendiendo «que es el gobierno de Nicolás Maduro, con todos los cuestionamientos, el que está resolviendo la situación y está suministrando la atención a la población en estos momentos».
Una de las cosas que se valoró con la figura de Juan Guaidó era el rescate generacional, y que, incluso, tenía un discurso diferente. «Pero lamentablemente creo que los vicios de la vieja política eliminaron esa posibilidad y su discurso político sigue siendo tan estridente como el del resto de la clase política tradicional».
Una de las cosas que ha generado resentimiento «es la manera como el llamado G4 ha tomado decisiones, a espaldas no solo de los otros partidos, sino del resto de las organizaciones sociales».
