En Venezuela los poderes públicos se han convertidos en adversarios de las garantías constitucionales y de los DDHH, lo que deja a los ciudadanos en el más alto nivel de indefensión, dijo abogado defensor de los DDHH, Rafael Narváez
«La falta de separación de poderes y el desprecio a los derechos humanos por parte del Estado, mantienen a nuestra democracia en terapia intensiva», señaló este sábado 13 de junio el exparlamentario y abogado defensor de los DDHH, Rafael Narvaéz, ante la juramentación de los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), realizada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Reiteró que la «vitalidad de una democracia es la existencia de poderes públicos autónomos e independientes sin estar sometidos a disciplina partidista para que puedan cumplir con sus atribuciones establecidas en la Constitución».
Sin embargo, en Venezuela los poderes públicos se han convertidos en adversarios de las garantías constitucionales y de los DDHH, lo que deja a los ciudadanos en el «más alto nivel de indefensión porque no hay instancia donde acudir para exigir el restablecimiento de sus derechos infringidos», dijo Narvaéz.
El exdiputado indicó que el Estado sigue indolente ante el sufrimiento y calamidades que actualmente padecen los venezolano y «no asoma soluciones posibles sino, que por el contrario, lo que ofrece es una orden a los cuerpos de seguridad para aplicar represión, detenciones arbitrarias, cárcel y desaparición forzadas de personas cuando alguien reclama sus derechos».
Para Narváez, los DDHH fueron crucificados al violentar el artículo 19 de la Constitución, donde se establece que el Estado debe garantizar y hacer respetar los derechos humanos, garantías constitucionales derogadas, derechos civiles además, la reciente medida burla a los tratados y pactos internacionales, suscritos Venezuela.
«Puedo afirmar que es el momento más triste y oscuro que viven los derechos humanos en Venezuela», puntualizó Narváez.