Hay «otras reivindicaciones que son nuevas», y los obreros tienen todo por lo cual lucharon los mártires de Chicago… salvo en China, enfatizó Belmonte. En Venezuela, alertó Sánchez, «pronto vamos a empezar a pelear para tener ocho horas de trabajo» porque el país «lo han convertido en una maquila», planteó Sánchez
Antes de que comenzara la rueda de prensa de las autoridades y gremios de la UCV, este lunes 2 de mayo, el dirigente gremial Eduardo Sánchez y el secretario de la casa de estudios, Amalio Belmonte, se saludaron con afecto. Hasta allí, nada fuera de lo normal; incluso, si había alguna diferencia, esta quedó en la papelera porque tomaron la decisión de luchar unidos por la defensa de salarios y otras reivindicaciones. Pero, a propósito del 1 de mayo (efeméride que se acababa de conmemorar), comenzaron una discusión sobre el mundo del trabajo y el marxismo.
Hoy el 1 de mayo tiene que ver, no solamente con obreros industriales, razonó Belmonte. «Ahora los trabajadores tienen varias denominaciones», argumentó.
Hay «otras reivindicaciones que son nuevas», y los obreros tienen todo por lo cual lucharon los mártires de Chicago… salvo en China, enfatizó Belmonte.
Sánchez, por su parte, le recordó a Belmonte el concepto marxista de explotados y explotadores. «Ustedes representan la misma clase que nosotros», alegó.
En Venezuela, alertó Sánchez, «pronto vamos a empezar a pelear para tener ocho horas de trabajo» porque el país «lo han convertido en una maquila» y hay que trabajar 12 o 14 horas.
Sí hubo un punto de acuerdo entre ambos: Se acabó el tiempo de ocio.
Entre risas, Belmonte señaló que la conversación tal vez no era de interés para la mayoría de las personas, sino solo para la academia.