Algunos de los 3.000 manifestantes congregados en la ciudad de Iquique, a 1.750 km al norte de Santiago, quemaron las pertenencias de los migrantes que acampaban en la calle, hechos que son investigados por la Fiscalía
«Respetando la soberanía de Chile, instamos a las autoridades y la población a actuar en el marco del respeto a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario», señaló el representante especial conjunto de la Acnur y de la OIM para los refugiados y migrantes venezolanos, Eduardo Stein.
Y expresó en una carta publicada en las redes sociales su «tristeza y consternación» por los hechos «de odio, intolerancia y xenofobia» en Iquique, que «son sumamente preocupantes».
«Reiteramos la voluntad de apoyar con asistencia técnica y colaborar en los esfuerzos de las autoridades nacionales y locales», agregó.
La movilización estuvo plagada de banderas de Chile y carteles y gritos contra los migrantes irregulares, principalmente venezolanos, que desde hace años ingresan a Chile por pasos clandestinos desde Bolivia, cruzando la cordillera de Los Andes y el desierto de Atacama, poniendo en riesgo sus vidas.
El representante especial conjunto de la Agencia de la ONU para los Refugiados y de la Organización Internacional para las Migraciones para los refugiados y migrantes venezolanos, Eduardo Stein, expresó en una carta publicada en las redes sociales su «tristeza y consternación» por los hechos «de odio, intolerancia y xenofobia» en Iquique, que «son sumamente preocupantes».
«Estos actos de intolerancia van contra el espíritu solidario, de acogida y respeto por los derechos fundamentales que el pueblo y el gobierno de Chile han demostrado históricamente, recibiendo a los venezolanos y venezolanas con generosidad, de la misma manera que, en el pasado, el pueblo venezolano abriera sus puertas a un gran número de refugiados y migrantes chilenos», afirmó Stein.
El ministro del Interior de Chile, Rodrigo Delgado, manifestó su desacuerdo con la violenta protesta. No obstante, «vamos a seguir con los desalojos en todos los espacios públicos que se requieran» y también «con el plan de expulsiones» de migrantes indocumentados que lleva a cabo el gobierno chileno, aclaró.
Un día antes de la protesta, la policía chilena desalojó a centenares de migrantes venezolanos que acampaban desde hace un año en una plaza de Iquique.
Los ingresos de personas a Chile por pasos clandestinos suman 23.673 hasta julio, casi 7.000 más que en todo el año pasado, según un informe del Servicio Jesuita a Migrantes.