La familia del bombero Juan Lara y la organización Médicos Unidos de Venezuela aseguran que no murió por automedicación, como lo afirmó el ministro Jorge Rodríguez, sino por una suma de fallas del sistema público de salud
Juan Lara, bombero y paramédico, falleció por COVID-19 el pasado lunes 6 de julio. No es un número más. Los voceros del gobierno afirman que murió porque no acudió a tiempo, pero sus familiares lo atribuyen a las fallas del sistema sanitario.
El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, afirmó en su reporte diario que un paciente de El Junquito (Juan Lara) «lamentablemente no acudió a ningún centro centinela, no acudió a ningún centro de salud» y «se perdieron unos días muy valiosos». El 28 de junio se le hizo prueba rápida y resultó negativa, según Rodríguez.
Pero sus familiares desmintieron la versión oficial de lo sucedido con Lara y aseguraron que le practicaron cinco pruebas rápidas para detección del coronavirus, y resultaron negativas.
Médicos Unidos de Venezuela denunció que Lara ingresó al Hospital Universitario de Caracas, pero fue referido porque no había cupo en terapia intensiva. Los familiares del paciente indicaron que en el Hospital Victorino Santaella de Los Teques, donde finalmente fallece, no había para realizar exámenes de laboratorio, tomografía ni rayos X; tampoco se contaba con fármacos como dexametasona.