«Apoyamos las conversaciones directas iniciadas entre los representantes rusos y de Ucrania, así como cualquier otra iniciativa de diálogo o negociación»
Vanguardia Popular condenó la invasión rusa a Ucrania y defendió el derecho del pueblo de Ucrania a decidir su propio destino sin intervención extranjera.
«Rechazamos y denunciamos la postura lacaya asumida por el régimen de Nicolás Maduro ante esta agresión. Ella se corresponde con las similitudes de dos tiranías que oprimen a sus pueblos, que asfixian las libertades democráticas, violan sistemáticamente los derechos humanos, persiguen a la oposición y la disidencia y desconocen arbitrariamente el derecho internacional», manifestó la dirección nacional del partido.
Este es el comunicado completo:
Vanguardia Popular condena la invasión rusa a Ucrania, se suma al clamor mundial que demanda el cese inmediato de la misma y llama a la solidaridad internacional con la nación y el pueblo ucranianos. Repudiamos los bombardeos indiscriminados contra su territorio, la retórica belicista rusa que amenaza con escalar el conflicto y con el empleo de armamento nuclear y la crisis humanitaria provocada por esta intervención militar. Este acto criminal, que no representa el sentir del pueblo ruso -la primera víctima del yugo impuesto por la tiranía de Putin-, constituye una agresión imperialista, inscrita dentro de la estrategia adelantada por el régimen de Moscú, orientada a ensanchar las fronteras de la Federación Rusa, a anexionarse progresivamente los países que otrora formaron parte de la extinta Unión Soviética y a remachar la geopolítica de las áreas de influencia, de acuerdo con la cual Europa del Este le pertenece. La resistencia del pueblo ucraniano, legítima y heroica, permite suponer, sin embargo, que a pesar del despliegue de fuerzas, no le será fácil al régimen de Putin consolidar la ocupación y, aún en esta eventualidad, asegurar la paz, la estabilidad y gobernabilidad de su cañonera.
El rechazo a la invasión rusa, que debe ser firme, sin ambages ni medias tintas, no debe llevarnos a ignorar el papel de los Estados Unidos y la OTAN como acicates de este conflicto. Su política, de igual sustrato y similares propósitos, responde a la misma lógica imperialista que busca expandir sus áreas de influencia, hacer crecer su pacto militar hacia nuevos territorios y extender su hegemonía sobre toda Europa, Asia y más allá. Lo que está en el fondo de la intervención militar rusa son las extraordinarias riquezas ucranianas: sus diversas y valiosas materias primas, su potencial industrial y productivo, sus plantas nucleares y su posición geoestratégica. De esta manera, el ajedrez geopolítico de las potencias mueve sus piezas convirtiendo a las naciones y pueblos en víctimas de sus afanes de dominio.
El riesgo de la profundización y prolongación de este conflicto, y de su extensión a otros países, amenaza con socavar las frágiles bases que sostienen la paz mundial y el sistema de seguridad internacional surgido después de la 2da Guerra Mundial; el cual, ciertamente, hoy demanda ser modificado en favor de la prevalencia efectiva del multilateralismo, la cooperación internacional y el progreso en un contexto de paz y libertades, de respeto a la autodeterminación y soberanía de los pueblos y naciones, de respeto a los derechos humanos y al derecho internacional.
Rechazamos y denunciamos la postura lacaya asumida por el régimen de Nicolás Maduro ante esta agresión. Ella se corresponde con las similitudes de dos tiranías que oprimen a sus pueblos, que asfixian las libertades democráticas, violan sistemáticamente los derechos humanos, persiguen a la oposición y la disidencia y desconocen arbitrariamente el derecho internacional; deviniendo en Estados policiales y militares altamente represivos, que sustentan un sistema de acumulación delictiva de capitales que concentra la riqueza en pequeñas élites económicas y políticas, mientras condena a la inmensa mayoría a la pobreza, el hambre y la miseria. Tal postura ofende el sentimiento del noble pueblo venezolano, su tradición solidaria y su respaldo histórico a las causas de la libertad, la justicia y la paz.
Respaldamos el llamado de la Organización de Naciones Unidas a un Alto el fuego inmediato y al retiro de las fuerzas de ocupación rusas del territorio ucraniano. Asimismo, apoyamos las conversaciones directas iniciadas entre los representantes rusos y de Ucrania, así como cualquier otra iniciativa de diálogo o negociación orientada a alcanzar los objetivos antes mencionados y condenamos toda tentativa que propenda a escalar aún más el conflicto.
Respaldamos el derecho de la nación y el pueblo ucranianos a decidir libremente su destino, sin injerencias extranjeras que pretendan menoscabar su independencia, su soberanía e integridad territorial; su derecho a vivir en paz interna y con sus vecinos; o convertirlos en peones de la disputa imperialista por la hegemonía mundial.