Hace 24 años, un niño con hidrocefalia recibió la sanación, luego de varios intentos quirúrgicos
El niño José Vicente Ramos Pájaro nació con hidrocefalia, una condición clínica generada por la acumulación de líquido dentro de los ventrículos profundos del cerebro.
A los cinco años de edad, su madre Jenny Pájaro, viajó de Caracas a Cartagena, Colombia-, para costear la operación con ayuda de sus parientes.
La operación del niño estuvo programada en cinco ocasiones. “Siempre presentaba complicaciones. Se le obstruían las vías, le daba taquicardia. Situaciones por las que tenían que suspender la operación y devolver al niño a la sala de hospitalización», dijo.
Según relató Jenny, luego del quinto intento de intervención quirúrgica, el niño fue llevado a la cama de reposo. «A media noche, la enfermera fue a colocarle un calmante. El niño despertó y dijo: ya estoy operado. El doctor José Gregorio Hernández vino, y me operó, me dijo que estaba sano», contó la señora.
Del hecho ya transcurrieron 24 años. Actualmente José Vicente reside en Quito, Ecuador y se desempeña como carpintero.
Mientras tanto, Jenny cumple a diario su promesa: llevar una rosa cada mes y colocarla en la acera de la esquina Amadores, donde murió el Dr. José Gregorio Hernández.
«Mi fe es infinita, y le prometí a mi doctor, que se la demostraría hasta el fin de mis días», concluyó Jenny, quien asistió a los actos religiosos, a propósito de la beatificación del médico de los muertos, reunidos en la parroquia La Pastora.