El vicepresidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (Apucv) señala que «hay cambios urgentes que deben ser hechos para recolocar a la Universidad de cara al nuevo milenio que ya tiene 21 años recorridos. Estos cambios son, en primer lugar, renovar todos los cargos del gobierno y cogobierno universitarios, necesitamos con urgencia inmediata elegir nuevas autoridades, se necesitan nuevas caras con nuevas ideas y nuevas estrategias de lucha académica y gremial»
Trescientos. Un número, una historia. Son 300 años los que la Universidad Central de Venezuela (UCV) celebra este 22 de diciembre, en medio de amenazas viejas y peligros nuevos. Tulio Olmos, vicepresidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (Apucv), advierte sobre las políticas del gobierno y afirma que es «de vital importancia rescatar la dignidad del oficio universitario».
-¿En qué condiciones llega la UCV a sus 300 años?
-En uno de los peores momentos para la Universidad, en medio de una profunda y sostenida crisis, que afecta en todos los sentidos y en todos sus aspectos más importantes y definitorios. Enfrentamos un régimen que sistemáticamente ha intentado y casi lo logra asfixiar a la academia financieramente, con un presupuesto deficitario acumulado por años, con una planta física extremadamente deteriorada, con salarios deficientes al punto de colocarnos a docentes, empleados y obreros al borde de la pobreza extrema, lo cual se ha traducido en la ya conocida diáspora cuyas consecuencias se aprecian tanto en la planta profesoral como estudiantil. Y lo más grave de todo: evidentemente todo ello ha permeado hacia la calidad de la enseñanza.
-¿Cuáles son, a su juicio, los principales problemas de la UCV al día de hoy?
-Los principales problemas que se convierten en los grandes retos que tenemos por delante como institución son, en primer lugar, recuperar la dignidad universitaria. Como institución, dentro de una situación país como la que padecemos, estamos obligados a contribuir a la reconstrucción del tejido social del país, a la reinstitucionalizacóin de las instancias responsables de contener los poderes desbordados de un gobierno autocrático y, sobre todo, a reconducir al país por la vía democrática de respeto a los derechos humanos y las libertades individuales y sociales. Pero también constituye un reto inaplazable resolver el problema de las prestaciones sociales de los trabajadores, de su protección social y de su necesaria capacidad de ahorro.
-¿Hay un cerco del gobierno a la UCV? Cómo y por qué
-Existe desde hace 20 años una estrategia política hacia las universidades nacionales que ha intentado por muchas vías socavar su autonomía, destruyendo con ello el núcleo que las define como instituciones autónomas con interés por el desarrollo del conocimiento y el pensamiento crítico. El gobierno pretende, en este momento en el que la UCV está llegando a su tercer centenario, reducirla a una misión más, para de esta manera controlar lo que dice, se piensa y se construye, intentando de manera obscena destruir el acervo histórico de trescientos años. Diversas han sido las iniciativas dirigidas hacia este macabro fin, desde la violencia hasta la judicialización de la protesta pasando por la usurpación de funciones. Sin embargo, fieles a lo que reza nuestro Himno, nos mantendremos firmes en la defensa de los valores democráticos y venciendo una vez más está nueva modalidad de sombra que se cierne sobre las nubes de Calder y sobre El Pastor de Nubes.
-¿Qué retos tiene la UCV para los próximos 300 años, y qué cambios deben ocurrir dentro de la UCV para afrontarlos?
-Evidentemente y siendo autocríticos, hay cambios urgentes que deben ser hechos para recolocar a la Universidad de cara al nuevo milenio que ya tiene 21 años recorridos. Estos cambios son, en primer lugar renovar todos los cargos del gobierno y cogobierno universitarios, necesitamos con urgencia inmediata elegir nuevas autoridades, se necesitan nuevas caras con nuevas ideas y nuevas estrategias de lucha académica y gremial. Es necesario revisar los pensa adecuándolos a las nuevas realidades en concordancia con la realidad del mercado productivo. También se hace impostergable el rescate de la autonomía financiera y administrativa. Las universidades necesitan con urgencia, como en lo reclama el país entero, una red de apoyo tecnológico que dé entrada equitativamente, sin dejar a nadie fuera, a todos por igual, al proceso educativo sin intermitencias y con conexión estable, segura y confiable. Finalmente las universidades necesitan incorporarse en una gran red nacional de profesores, empleados y estudiantes para defender la Autonomía y los derechos fundamentales democráticos. Es de vital importancia rescatar la dignidad del oficio universitario.
