Carlos Julio Rojas, coordinador del Frente Norte de Caracas, condenó la detención de Rocío San Miguel, directora de la organización Control Ciudadano, y advirtió que hay «una oleada represiva»
A las 10 de la mañana de este lunes 12 de febrero el artista plástico Rafael Araujo y la señora María Auxiliadora Fernández se afanaban por retocar, en la esquina de Tracabordo, un lugar de memoria. Se cumplían 10 años del asesinato de dos personas en ese punto de Caracas, el manifestante opositor Bassil Da Costa y el militante revolucionario Juan Crisóstomo «Juancho» Montoya, en el contexto de las protestas antigubernamentales. Horas más tarde, en el municipio Chacao, matarían al estudiante Roberto Redman.
Araujo, mejor conocido como «El señor del papagayo», recordó que todos los años han estado presentes para rendir homenaje a los caídos. «Son 10 años, pero la historia queda», subrayó el artista mientras empuñaba los pinceles.
Una camioneta del Sebin dio varias vueltas por la zona. Funcionarios de mediación de la PNB, que suelen acompañar las protestas, se apostaron en la esquina contraria. Hasta uniformados de la Guardia Nacional Bolivariana se acercaron al sitio.
Carlos Julio Rojas, coordinador del Frente Norte de Caracas y ex preso político, indicó que, mientras estaban allí este lunes de Carnaval «llegaron colectivos con teléfonos, fuerte presencia policial; incluso, presencia del Sebin con armas largas». Por todo eso «después de 10 años seguimos clamando justicia». El 10 de febrero de 2014, y posteriormente, fueron asesinadas personas de los sectores populares, remarcó Rojas. «Vale la pena decir las palabras del propio Alí Primera: Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos».
Solidariamente Leida Brito, la «abuela del casco rojo», denunció los asesinatos de Da Costa y Redman: «Dos jóvenes estudiantes que solo por salir a protestar por un mejor país fueron asesinados».
Somos sometidos «a un exterminio sostenido y silente», opinó Ana Araujo, manifestante. Es «un genocidio a fin de despoblar el país y luego ser despedazado y entregado a cuanta garra extranjera existe». Si Cipriano Castro «estuviera vivo, iría contra todo este régimen que estamos viviendo, porque él era un ultranacionalista, y esta gente, como buenos izquierdos comunistoides, son antivenezuela». Para Araujo los gobiernos que conocen la situación del país, y se quedan callados, son cómplices.
Rojas condenó la detención de la defensora de derechos humanos Rocío San Miguel y advirtió que hay «una oleada represiva» de la que él mismo fue víctima en 2023. «A ellos les duele que levantes la voz por las personas a las que les están violando los derechos humanos», acusó. «Pedimos libertad, pedimos democracia y pedimos libertad para los presos políticos».
El periodista y defensor de derechos humanos compartió un audio enviado por Jeneth Frías, madre de Bassil Da Costa, quien tuvo que migrar a Colombia por la crisis del país. «Hoy, a 10 años de la muerte de mi hijo, le doy gracias a mi dios porque ya no lo recuerdo con dolor; me enseñó a vivir recordándolo, pero sin tristeza», expresó Frías.