El biólogo marino y profesor de la UDO-Sucre lidera un grupo de investigación con pescadores de La Zorra que está realizando muestreos a casi 600 metros de profundidad. Hasta la fecha han hallado crustáceos, «merluza de profundidad» y otras especies que podrían ser nuevos reportes para la ciencia venezolana y, tal vez, mundial
Las aguas en las que se había sumergido el biólogo Ángel Fariña, profesor e investigador de la Universidad de Oriente núcleo Sucre (Cumaná), son las del oriente venezolano. En ellas buscaba novedades, formaba estudiantes y aprendía de sus mejores maestros, los pescadores que han hecho de ese mar una patria azul.
Ahora, con el respaldo del Centro Nacional de Pesca y Acuicultura del Ministerio de Pesca (Cenipa) y del Ministerio de Ciencia, está moviéndose en las aguas oscuras de La Guaira, donde la profundidad esconde secretos para el mundo científico venezolano y el mundo.
«Uno de los hallazgos más importantes que tenemos, y que nos tiene sorprendidos, es el de un pez bruja. Se hizo viral la noticia de un pez diablo que subió desde las profundidades y fue grabado en las costas de Tenerife. Pues nosotros aquí encontramos un pez bruja, que es de mayor significado: es un pez sin mandíbula, que fue de los primeros que aparecieron en el planeta. Es decir, de los primeros peces y los primeros vertebrados, por lo tanto», resume Fariña para contrapunto.com.
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Fariña explica que los vertebrados terrestres provienen de un pez que, en el curso de la evolución, «desarrolló pulmones para respirar, y aletas que le permitieron desplazarse en tierra. A partir de allí, comenzó la evolución a andar, y luego vinieron los reptiles, las aves y los mamíferos, como nosotros».
En ese pez, bromea, «se encontraría nuestro tataratataratataraabuelo. Es una evidencia de la evolución, que la tenemos a la mano». El científico puntualiza que ya conversaron con el zoólogo sueco Bo Fernholm para hacer en su laboratorio la secuencia de ADN de esta especie.
Crustáceos y tiburones
Pero no es lo único que han rastreado en La Guaira. «Tenemos varios hallazgos significativos. La presencia de un cangrejo, que pareciera ser una especie citada en Venezuela; esta sería la segunda vez que se encuentra. Los ejemplares que se encontraron anteriormente eran muy pequeños. Estos que nosotros encontramos son muy grandes», describe.
También hallaron un crustáceo grande, parecido a un guamo. «Estamos en proceso de identificación», precisa. Y un tiburón raro, conocido entre los pescadores como «tiburón keimer».
Igualmente obtuvieron un tajalí de canto, que tiene una aleta parecida a la de un cataco. «Lo vamos a estudiar». Y una «merluza de profundidad», así llamada por los pescadores.
No es menor importante, agrega, una esponja de mar que no duda en describir como fabulosa: «Es muy rara. Es una especie nueva para Venezuela, que pudiera ser, incluso, nueva para la ciencia».
«Ahora estamos trabajando en la certificación de los nombres científicos de las especies. Son especies no habituales», resalta.
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Un sueño a casi 600 metros
Tantos años en el mar y la pasión de Fariña es la misma. «Esto había sido un sueño para mí, de toda la vida. Siempre había querido incursionar en ese mundo de los peces de aguas profundas. Hubo una convocatoria, por parte del Cenipa, e introduje este proyecto, que fue aprobado y recibió el financiamiento a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología», destaca.
El proyecto incluye pesca con nasas o jaulas que se colocan en el fondo del mar, y palangre (línea con muchos anzuelos) a 580 metros de profundidad. «Es algo inédito, nunca se había hecho en el país», salvo los trabajos efectuados por el buque Nansen en 1988, que llevaron a algunas capturas.
«Lo estamos haciendo sin buque oceanográfico, sin aparatos sofisticados. Nosotros lo estamos haciendo con nuestros pescadores. Los pescadores forman parte de este proyecto. Omar Correa, pescador de La Zorra, me está acompañando en esta aventura con su equipo de pescadores; ellos son los grandes héroes en esta hazaña que estamos logrando».
Para la investigación se harán muestreos mensuales durante un año. «Estamos afinando detalles metodológicos, porque no es sencillo llegar a esa profundidad», admite.
El cangrejo grande podría ser aprovechado para la pesquería de manera sostenible, adelanta el biólogo. También, el crustáceo que parece un guamo.
Fariña agradece el apoyo que ha recibido del ministro de Pesca, Juan Carlos Loyo, y de la ministra de Ciencia, Gabriela Jiménez, así como del director del Cenipa, Erick Martínez.
«Estamos muy emocionados. Este es apenas el inicio», refiere. «Vamos a hacer muestreos mensuales durante un año. El ministro Loyo está interesado en que se este proyecto se expanda a otras áreas del país. Hemos comenzado con éxito y lo que se viene en el futuro son grandes descubrimientos para las ciencias marinas. Por eso digo con mucha alegría que estamos haciendo historia en el campo de la investigación marina en Venezuela».