Forenses crean granjas de cadáveres al aire libre en Estados Unidos

Estudiantes de la universidad del Sur de Florida crean «granjas» para laboratorios de antropología forense a campo abierto en medio de un pasto verde donde los cadáveres son estudiados al aire libre

Este lugar es un laboratorio que opera desde 2017 en el condado de Pasco, a un costado de la cárcel del condado a 25 minutos de la ciudad de Tampa.

Este campo donde realizan los estudios son más altos que el resto porque el pedazo de tierra en el que crecen se alimenta de las sustancias que liberaron cadáveres humanos que se pudrieron ahí durante varias semanas.

De lejos parece una pradera ideal para dar un paseo, pero al adentrarse en los matorrales un fuerte hedor a muerte hace llorar los ojos.

El día es soleado y se sienten más de 30º de temperatura, el aire es húmedo y pesado.

La descomposición de los cuerpos afecta la tierra done yacen / BBC

En este terreno de poco más de una hectárea hay 15 cuerpos humanos desperdigados. Están todos desnudos, algunos encerrados en jaulas metálicas, otros cubiertos con un plástico azul, unos más enterrados y otros directamente a la intemperie.

Cada cuerpo forma una silueta de hierba muerta, pero luego, en esa misma porción de terreno, crecerá un arbusto vigoroso, más alto que los demás.

Comúnmente la gente lo llama una «granja de cadáveres», aunque los científicos prefieren llamarle cementerio forense o laboratorio de tafonomía, que es el área que estudia lo que ocurre con un organismo luego de su muerte.

Los investigadores toman datos para ver cómo cambian los cuerpos durante varias semanas / Foto: BBC

Es un lugar dedicado a la ciencia, pero regar cadáveres humanos a cielo abierto desafía los ritos que comúnmente tenemos respecto a la muerte.

De hecho, esta «granja» inicialmente iba a estar ubicada en el condado de Hillsborough, a unos 80 km de Pasco, pero los vecinos se opusieron al proyecto por temor a la llegada de animales carroñeros, a que sus propiedades perdieran valor y a que tuvieran que soportar el hedor de los cuerpos en descomposición.

Las reservas frente a este tipo de laboratorios no solo vienen por parte de las personas que no quieren vivir cerca de gente muerta, incluso dentro de la comunidad científica hay quienes son escépticos respecto a la necesidad y el valor científico de las granjas de cadáveres.

Una ciencia emergente

Las granjas de cuerpos aportan datos a la ciencia, pero también tienen limitaciones.

Patrick Randolph-Quinney, antropólogo biológico de la Universidad de Lancashire Central en Reino Unido, dice que de manera general está a favor de este tipo de laboratorios, pero afirma que aún es una ciencia emergente.