El mandatario, Sebastián Piñera, afirmó que no dimitirá pese a las masivas protestas antigubernamentales y se mostró dispuesto a reformar la Constitución de Augusto Pinochet
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, descartó renunciar y admitió por primera vez estar dispuesto a reformar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, en un intento por acallar las protestas que siguen vivas en las calles del país después de 20 días.
Este martes 5 de noviembre unas 2.000 personas, según la intendencia de Santiago, se volvieron a reunir en Plaza Italia, epicentro de las masivas manifestaciones de las últimas dos semanas, con incidentes aislados y lejos, de momento, de los violentos enfrentamientos con la policía que se vivieron el lunes, cuando en varios puntos de la ciudad se generaron choques entre policías antimotines y manifestantes, que dejaron al menos dos agentes heridas por bombas incendiarias lanzadas a sus rostros.
El mandatario, que llevaba días en silencio, concedió una entrevista a la BBC de Londres -difundida este martes- en la que afirmó que no dimitirá pese a las masivas protestas antigubernamentales marcadas por la violencia en las últimas jornadas y que durante este martes también congregaron a miles de manifestantes en ciudades como Concepción, en el sur del país, y en Viña del Mar, a unos 120 km al oeste de Santiago.
Al ser consultado sobre los reclamos para que dimita, el mandatario conservador contestó tajantemente: «No».
En otra parte de la entrevista afirmó: «Por supuesto que voy a llegar al fin de mi gobierno. Fui elegido democráticamente por una enorme mayoría de chilenos».