Morales consideró que existe el escenario para que, bajo el liderazgo de los dos presidentes, el MAS y Perú Libre confluyan en una «agenda binacional»
El expresidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019) aprovechó su visita a Lima para estrechar lazos con el presidente electo de Perú, Pedro Castillo, y el partido Perú Libre, antes de asistir este miércoles a la investidura del nuevo mandatario peruano.
Morales se reunió el martes por la noche con Castillo y el día anterior cenó en un restaurante limeño con Vladimir Cerrón, el fundador y líder del marxista partido Perú Libre, quien no pudo ser candidato en las elecciones al tener vigente una condena por corrupción por su desempeño como gobernador regional de Junín.
Desde que Castillo se convirtiera el candidato más votado en la primera vuelta electoral, el expresidente boliviano manifestó en diversas ocasiones su apoyo al peruano a través de las redes sociales, donde publicó una foto de ambos tomada en 2018 en La Paz durante un encuentro latinoamericano de profesores.
«Recordamos nuestras luchas, él como profesor y yo como dirigente campesino. Estamos orgullosos de su elección como presidente del Perú. Somos pueblo y hermanos, y nos acompañamos», señaló Morales en sus redes sociales.
Castillo, un profesor de una escuela rural de la región de Cajamarca, en el norte de los Andes peruanos, tiene al igual que Morales sus orígenes en una familia campesina y recientemente se consolidó como líder sindical del magisterio al encabezar una huelga nacional en 2017 que paralizó la educación pública tres meses.
Con Castillo de presidente y Perú Libre como partido de Gobierno, Morales anticipó una buena afinidad con su sucesor en la Presidencia de Bolivia, Luis Arce, y el Movimiento Al Socialismo (MAS) que lidera el exmandatario.
Morales consideró que existe el escenario para que, bajo el liderazgo de los dos presidentes, el MAS y Perú Libre confluyan en una «agenda binacional».
Estos intereses comunes girarían en torno la integración vial, el corredor bioceánico ferroviario, la industrialización de los yacimientos de litio que tienen ambos países y la construcción de un «megapuerto» en Ilo, ciudad del sur de Perú, que facilitaría la salida de Bolivia al océano Pacífico.