“Unos pocos privilegiados poseen más bienes de los que podrán consumir, mientras que por siglos enteros incontables personas pobres han tenido que vivir sin un pedazo de pan ni agua para darles a sus hijos”, dijo Raniero Canatalamessa
El papa Francisco conmemoró la Pasión del Señor con un acto en el que el predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, pidió a las religiones que no permanezcan indiferentes ante la pobreza.
El acto, con el que se conmemora la Pasión de Cristo, comenzó con el papa argentino tendido durante unos minutos orando ante el altar papal, bajo el que se cree que reposan los restos de San Pedro.
Jorge Bergoglio asistió a la ceremonia vestido con paramentos rojos, sentado en un trono frente a la escultura de San Pedro y en silencio, sin pronunciar ninguna homilía.
Cantalamessa describió a Jesús como “el prototipo y representante de todos los rechazados, los desheredados, los marginados de la Tierra, aquellos a quienes volteamos las caras para no verlos”. También afirmó que todas las religiones tenían el deber de defender a los pobres.
“Unos pocos privilegiados poseen más bienes de los que podrán consumir, mientras que por siglos enteros incontables personas pobres han tenido que vivir sin un pedazo de pan ni agua para darles a sus hijos”, dijo Canatalamessa.
“Ninguna religión puede permanecer indiferente a esto porque el dios de todas las religiones no es indiferente”, declaró.
La Liturgia del Viernes Santo es la única del año en la que no hay consagración, pero sí comunión.
Cantalamessa recordó también a los ricos y a los fuertes, «que se sienten tranquilos en su papel de vencedores», que todos, «débiles y poderosos, inermes y tiranos», están «sometidos a la misma ley y a los mismos límites humanos».