Tras ser derrotados por Azerbaiyán en el conflicto fronterizo de julio del 2020, el Ministro de Exteriores llamó a la comunidad armenia en América Latina a contribuir con la reconstrucción del país caucasiano.
Ara Aivazián comentó a EFE que, aunque hayan sufrido un fracaso militar mientras luchaban por la zona de Nagorno-Karabaj el pasado año, no se rinden en la meta de que sus migrantes y sus familias en países como México, Uruguay, Argentina y Canadá, «sientan que tienen una segunda patria histórica, Armenia».
Durante la videoconferencia, el exembajador de la República de Armenia en México recordó la cuota de responsabilidad que tiene cada armenio en la creación de un país seguro, moderno y en desarrollo, colaborando con sus capacidades intelectuales, morales y económicas.
Aivazián aprovechó el espacio para rememorar que la primera nación en reconocer el genocidio armenio fue Uruguay en 1965. Lo describió como «un país lejano geográficamente, pero espiritualmente muy cercano, un país pequeño, pero muy poderoso a la hora de defender los valores universales».
Para contextualizar, comentó que en países americanos como Brasil, Chile, Venezuela y otros, también hay importantes comunidades con estos orígenes que, aunque quizás no hablen el idioma armenio, a veces son más armenios que los que lo manejan perfectamente.
El ministro argumentó que esta situación es un vínculo natural entre Armenia y territorios lejanos. Puso como ejemplo que Argentina fue el principal inversor extranjero en la región desde inicios de siglo y que, actualmente, existe una importante presencia empresarial.
Esta colaboración mutua contribuyó en el cambio del clima de negocios. Al respecto, Aivazián declaró que «necesitas dos para bailar un tango. Para que Armenia, ese pequeño país, sea un imán que atraiga a todos los compatriotas que viven en el mundo».
El representante diplomático resaltó que la región ubicada en el continente asiático tiene participación en la Unión Económica Eurasiática que es un mercado de 180 millones de ciudadanos.
Armenia tiene como vecino a Irán, «otro mercado de 80 millones de personas, con el que tenemos histórica y tradicionalmente lazos importantes políticos y económicos», explicó para destacar que su nación puede ser un punto de entrada valioso para otros países.
Con referencia a la derrota reciente contra Azerbaiyán, aliado de Turquía, reconoció que el país está debilitado pero que cree que las elecciones anticipadas convocadas para el mes de junio contribuirá en la disminución de la brecha actual entre el gobierno y la población.
Aivazián reflexionó al decir que «cuando pongamos la casa en orden, cuando haya una visión, una estrategia que nos guíe en estos momentos oscuros, tenemos que hacer partícipes en primer lugar a nuestra diáspora».
«Estoy convencido de que esta decepción, esta desilusión la superaremos juntos (…) tenemos una visión de cómo hacerlo, para que sea un orgullo para nuestros compatriotas en todo el mundo. Estoy seguro de que este pequeño país va a ser un modelo a seguir», agregó.
Con respecto a la situación democrática en Armenia, indicó que este sistema no es tan ideal como debería, puesto que su entorno es hostil y autócrata, lo que es una importante amenaza.
A pesar de ello, el ministro armenio sigue creyendo que su democracia representa una ventaja competitiva al vincularlas con otros países con este sistema y con la Unión Europea.
«Es un tiempo para trabajar duro con un objetivo, que es la última oportunidad para el pueblo armenio, no sólo para el pueblo que vive aquí, sino para los armenios que preservaron su identidad en los rincones más lejanos del mundo», finalizó.
Con información de EFE
