El dirigente de la organización Soluciones sostiene que esta es una decisión política que no va en contra de ningún nombre en particular. «No es un asunto administrativo es un hecho político por el bien del país». No ve posible un adelanto de elecciones presidenciales y reconoce que existe en la agenda constitucional la posibilidad de un referéndum revocatorio
Claudio Fermín, sostiene que debe removerse lo que llama una «costra de desconfianza» sobre el voto. También reivindica los avances de la Mesa de Diálogo Nacional, sin que esto signifique que esté satisfecho con todos los resultados que hasta ahora se han conseguido.
«No arrogamos la representanción de toda la oposición del país, pero sí decimos que existe un universo variado entre los que cuestionamos a este Gobierno», sostiene.
Llegó puntual a la cita y la conversación comenzó de inmediato.
-¿El CNE debe ser cambiado en su totalidad?
-Yo soy de quienes cree que esto no es asunto administrativo, jurídico, laboral y formal. Se puede apelar a eso y trabar el proceso. también es importante decir que no es un juicio sobre una persona en particular. Esto es un hecho político para generar la confianza que se ha perdido en el voto. El recuperarla nos conviene a todos los venezolanos que queremos que la crisis política se resuelva por la vía de los votos de una manera pacífica y civilizada. Por eso debe ser cambiado en su totalidad. Hay una costra de desconfianza sobre el tema electoral, que debe ser removida.
-El Gobierno gana con la abstención.
-Es cierto, pero si el país que protesta no vota, mi pregunta es… ¿Deja de existir la oposición? No. ¿Pero quién ejerce esa representación? Las oligarquías políticas, las que tienen el poder de generar matrices de opinión, quienes tienen dinero para hacer su relaciones internacionales. La abstención desarma la participación popular. Hay que tejer una red de inclusión y eso hacemos. Nosotros no tenemos el poder del Gobierno, no tenemos poder político que tiene la MUD que almuerza con Almagro, desayuna con Trump y cena con el Grupo de Lima.
-Algunos los ven como fiadores den Gobierno cuestionado en un tema tan importante como los Derechos Humanos.
-El Gobierno que tenemos los venezolanos tiene que tomar medidas serias para solventar las violaciones de derechos humanos. Hay abusos policiales y atropellos a ciudadanos por militares y policías. Las zonas de paz siguen en pie donde delincuentes caminan por el zonas del país como Pedro por su casa. Son situaciones que deben ser solventadas, los juicios que empiezan y nunca terminan. Pero la manera de resolver y protestar no es con golpismo insurrecciones, con violencia.
-¿Qué hacer para resolver estas irregularidades?
-Los derechos humanos no se resuelven con un discurso de procacidad, pendenciero, con ofrecerle venganza a los organismos del Estado. Nosotros somos de oposición y lo reclamamos. ¿Pero a quién se los reclamamos? ¿Lo gritamos al viento y nada más? Eso tiene un valor político, pero se lo tenemos reclamar cara a cara al poder, porque es quien tiene la posibilidad de resolver. Tenemos que reclamárselo, bien sea porque no lo ha percibido o porque se hace la vista gorda ante estas irregularidades. De ningún modo el dialogar significa avalar las medidas que toma el Estado, como tampoco compartimos los éxitos que ellos puedan tener.
-Por eso los tildan de colaboracionistas.
-¿Quiere decir solo la confrontación extrema y el exterminio continuado de aquel que no piensa como yo es la solución del país?. Pues yo creo que no. Podemos dirimir nuestra diferencias civilizadamente, los reclamos se pueden hacer pacíficamente. En mala hora que la Asamblea Nacional no sea el espacio para esta discusión inteligente Eso pasa porque se ha impuesto la idea de aniquilar al otro. Por eso no estoy de acuerdo con este acto de deliberada confusión y manipulación que un sector de gente extremista sostiene que hablar con quien tiene el poder es un acto de corrupción o de ambivalencia. Es un vulgaridad decir eso. Me pregunto entonces… ¿cómo pedimos cloacas o transporte colectivo? ¿El único camino es la violencia? Eso es lo que proponen los que nos critican o pretenden pedirle a Almagro la vías de penetración de Santa María de Ipire, a Trump solucionar los problemas de las empresas básicas de Guayana que se han deteriorado por las torpezas de este gobierno. O el Grupo de Lima nos va resolver la dotación de los Hospitales del Zulia y Falcón. Nosotros tenemos los pies sobre la tierra. Somos oposición ante el Gobierno, alcalde, ministro. Presidente. Se ha construido una arquitectura de fantasías de que con el Gobierno no hay que hablar. Entonces cómo lo reclamas, por teléfono, por señales humo, clave morse. Hay que reclamarlo frente a frente con respeto y contundencia, haciendo política de altura.
-¿La Mesa de Diálogo Nacional se arroga la representación de la oposición?
-La tarea de la delegación que visita a Europa justamente lo que quiere hacer es explicarle a ese mundo que apoya sanciones, que Venezuela es diversa. Estamos diciendo que existen otros, como nosotros, que creen que la salida es la paz y no la violencia, que la salida es el voto y no la abstención, que creemos que la salida es la reactivación económica del país con las correcciones que tiene que hacer el Gobierno y no las sanciones que producen un efecto ancla sobre la economía. Le decimos al mundo que también hay un sector que creemos que la salida es nacionalista, que los adecos, copeyanos, justicieros, chavistas, tenemos que entendernos. El Gobierno ha tenido la gran responsabilidad de la crisis, pero quienes no tenemos responsabilidad también tenemos que hacer algo para que se resuelva. Hay grupos de oposición que juegan a que la crisis se agrave para que Maduro pierda, si acaso le queda algo de popularidad, se vea acorralado y se vaya. Eso es un silogismo simplón que la realidad ha demostrado falso. Mira como han agravado la crisis: Golpe el 30 de abril, sanciones, llamado a injerencia extranjera, promoción de la abstención. La crisis se ha agravado no solo por los disparates del Gobierno, por su incompetencia para gobernar y por su no rectificación. Se ha agravado por el aislacionismo y las sanciones.
-Tienden puentes con el Gobierno… ¿y con la oposición?
-Nosotros tenemos relaciones permanentes en la base.
-Pero eso no se ve.
-La polarización ha hecho metástasis. Venezuela es mucho más que la oficina de Maduro y la de Guaidó. Nosotros que somos partidarios de ir a las elecciones parlamentarias del próximo año hemos conversado con mucha gente de los partidos del G4 en las regiones que quieren ir a las elecciones, aunque sus cogollos se oponen. Son presas de sus propios chantajes. Ellos le han vendido al país que votar es un delito. No votar es una opción política, pero los compañeros de la MUD en su insistencia en agravar la crisis promovieron la abstención y le inculcaron a buena parte del país que votar era un acto de deshonestidad, manchado, corrupto. Ahora que la gente pide distensión están entrapados porque le dijeron a sus seguidores que hablar con el contrario era pecaminoso y ahora no encuentran cómo remediarlo, porque le tendrían que decir que están pecando o que antes les dijeron una mentira. Son prisioneros de una política dogmática errada.
-¿Es posible adelantar las elecciones presidenciales?
-No veo porqué. Hubo elecciones el 20 de mayo pasado. Sigue la siembra de fantasías gracias al abono de la desesperación. Este gobierno ha sido tan terco en no rectificar y solo se relaciona con sus amigos internacionales. Ahora llega la mala hora de las sanciones, la situación se agrava. El común quiere que el cambio debe ser mañana, pero hay que hablarle claro. El 20 de mayo yo fui a votar para que Maduro no siguiera y vi como millones se abstuvieron bajo el engaño de que con eso Maduro se caía. Esas elecciones tuvieron irregularidades, igual que las hubo cuando ganamos en 2015. En la agenda constitucional está el revocatorio y llegado su momento es una opción que está abierta. No sigamos pensando como gobierno y oposición. No podemos pensar en borrador, que cuando no me gusta algo lo quito. El país de volver a la institucionalidad. Hay que enseriar la política. No creo en la agitación por la agitación. No podemos ser un saltapericos.