El presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela propone, incluso, que se cree un grupo paralelo al Foro de Sao Paulo que apoye los mecanismos democráticos
Con más de cinco décadas de graduado y otras tantas como embajador de carrera, Gerson Revanales tiene una aproximación a la política internacional que la dan los años y la experiencia. Por eso, afirma que las inhabilitaciones tienen un impacto internacional.
«¿Crees que no pasa nada cuando toda la comunidad internacional actúa? ¿Cuántos votos tiene el gobierno en los organismos internacionales? ¿Qué participación tiene dentro de los organismos internacionales? Lo que pasa es que los estados, al fin y al cabo, no pueden sobrepasar la no injerencia en los asuntos internos. Pero el propio hecho de que el señor Petro y el señor Boric hayan cuestionado el proceso de inhabilitaciones es una prueba de que hasta sus propios socios ideológicos no comparten sus arbitrariedades», comentó Revanales en conversación con contrapunto.com.
El analista participó este miércoles en el conversatorio «Tres caras de los derechos humanos: inhabilitación política en Venezuela», celebrado este 19 de julio en la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV, organizado por el Colegio de Internacionalistas de Venezuela, la Federación de Estudiantes de Derecho de Venezuela y el centro de estudiantes de la EEI-UCV.
-¿La comunidad internacional ha plantado cara a las inhabilitaciones?
-Toma nota. La semana pasada hubo una reunión en la Unión Europea, asistieron una serie de personalidades, ¿y cuál es mi conclusión? Que el gobierno está presionado por el tema de las sanciones. Si las sanciones no le hicieran nada no estaría «llorando» tanto, como se dice.
-Hemos visto espacios de diálogo con Francia, la UE. ¿Esto podría llevar a algo?
-Es el intento. Vemos que desde 2007 ha habido intentos de diálogo; lo que sucede es que el gobierno no respeta los diálogos, ha roto dos o tres mesas de negociación. Las ha interrumpido. La última es la de México, con el tema del supuesto diplomático de Saab.
-¿Eso agota la vía del diálogo?
-Es que no tenemos otra vía. Ni las invasiones ni las medidas de fuerza, fuera del sistema democrático y la solución pacífica de las controversias, se puede recurrir. No se puede combatir a una dictadura con los mecanismos de la dictadura. Hay que seguir insistiendo. Que el gobierno sabotee el diálogo más pone en evidencia al gobierno de lo que está. Ya conocemos su falta de criterio democrático. Ni las primaveras árabes ni las manifestaciones en Bolivia han tenido tantos muertos como los hemos tenido nosotros en nuestras calles. Las manifestaciones que llegó a haber, las marchas que hubo aquí, ningún país ha tenido esas marchas; lo que sucede es que este gobierno es inconsciente y no tiene ningún tipo de fibra democrática.
-¿Qué puede llevarlo a que dialogue y abra las compuertas? ¿Ha faltado una pieza?
-Creo que la pieza está internamente, que la dirigencia se ponga de acuerdo. No son las siglas de un G3, un G4 o una mesa de unidad; es con la práctica. Algunos dirigentes dicen que si estas personas están inhabilitadas deben retirarse de una vez; eso sería hacerle el juego al gobierno.
-¿Gobiernos de izquierda pueden marcar la diferencia en un proceso de diálogo? ¿Petro? ¿Boric?
-Creo que sí, porque es otro tipo de aislamiento. No es el aislamiento que puede haber producido Estados Unidos, o la Unión Europea. Cuando son sus propios socios ideológicos los que lo cuestionan, es una muestra más de lo débil y la falta de sustentación que tienen.
-¿Qué pueden hacer esos gobiernos de izquierda?
-Apoyar el proceso democrático.
-¿Cómo?
-Recibir a los exiliados, recibir a las migraciones, manifestarle públicamente al señor Maduro que hay una necesidad de abrir las compuertas. Ellos pueden hacer mucho dentro de este proceso. Lo que sucede es que de gente como Nicaragua no se puede esperar nada, pero Boric y el propio Petro tienen toda la moral para llamar la atención.
-¿Gobiernos de izquierda pueden hacer más por la democracia en Venezuela?
-Sí. Yo espero que el señor Lula tenga esa reflexión.
-¿Qué puede hacer Brasil?
-Vamos a crear una especie de «grupo de Sao Paulo» en apoyo a los mecanismos democráticos. Un grupo paralelo al Foro de Sao Paulo. Lula, Boric y Petro llegaron por elecciones.
-¿Si no hay observación internacional?
-Si el gobierno no acepta la observación internacional de la UE u otros mecanismos, los gobiernos de izquierda serían una gran garantía. Que gente que llegó por la vía de las elecciones hoy día esté al lado de la búsqueda de una salida democrática.