Cuatro zarcillos por un dólar, tres franelas por cinco dólares y monopatín en 18 dólares son algunas de las oportunidades que se ofrecen en La Hoyada
-Marica, ¿dónde se metieron?- preguntó una muchacha que, en una de las callecitas laterales de La Hoyada, esperaba con un niño en brazos. Era poco antes de la 1 de la tarde y el sol derretía el asfalto en un mediodía de diciembre extremadamente caluroso en Caracas.
La respuesta de la señora que se aproximó con un enorme juguete fue una frase lapidaria: «No se puede ni caminar». Y de verdad no se podía ni caminar en el centro de Caracas este jueves 23 de diciembre. Incluso, en algunas vías los vehículos desistieron de pasar.
La cola en la avenida Bolívar indicaba que había un tapón un poco más adelante, entre el fin de la arterial vial y el comienzo de los túneles de El Silencio.
Pero el tapón tenía piernas, brazos y cabezas: eran centenares de personas buscando un regalo «bueno, bonito y barato».
Cuatro zarcillos por un dólar. Tres franelas por cinco dólares. Candados por un dólar. La oferta parecía al alcance de los bolsillos humildes. Un monopatín, que en una tienda en el este de Caracas cuesta más de 100 dólares, se podía conseguir en La Hoyada -aunque de calidad diferente- en 18 dólares.