El presidente de Atraem, Alfredo Padilla, denunció un estado anárquico de la economía informal, que está creciendo por la crisis del trabajo. Las capacidades de la economía informal de la calle han aumentado, porque son profesionales convertidos en buhoneros, describió.
Advirtió que, en el mes de enero, puede haber conflictos «porque la gente se está muriendo de hambre», y propuso a la alcaldesa de Caracas dialogar con los concesionarios de cada mercado y con las asociaciones de trabajadores de la calle. El trabajador de la calle debe tener un horario, un mobiliario, ratificó.
Padilla indicó que se crearon expectativas entre los trabajadores informales porque se flexibilizaron los controles de la pandemia. Los mercados municipales han vendido mucho menos de lo que esperaban, y ha habido una abundante oferta generada por el crecimiento de la economía informal de calle. En Sabana Grande hay mucha oferta pero poca compra, al punto de que hay una sensación de frustración en el sector.
Indicó que es difícil saber cuánto se vendió, pero que es menos de lo esperado.
El comercio informal de calle está prohibido por un decreto presidencial, y no se explica por qué hay tanta gente «autorizada» para trabajar, criticó. Eso se debe a que pagan a los funcionarios de varios cuerpos de seguridad.