Algunos vendedores explicaron a Contrapunto que “al principio no vendían lo que esperaban”, pero con el transcurso de los días empezaron a “recuperar sus ventas”
“Desde que Maduro permitió que la gente saliera a la calle, todos los días vendo como loco. Hay días que no puedes pasar por aquí”, dijo Eusebio Rondón, vendedor ambulante de cigarrillos detallados, café y tapabocas.
Esto ocurre luego de que el pasado mes de octubre el líder del chavismo, Nicolás Maduro anunciara que el mes de diciembre sería “totalmente flexible”, lo que incluiría el comercio, transporte y turismo.
El pasado 21 de octubre, el presidente de la Cámara Venezolana del Calzado y Componentes (Cavecal), Luigi Pisella, aseguró que para este mes no se vislumbra un panorama similar a años anteriores, debido a la situación económica del país.

Aun así, los vendedores de zapatos en el bulevar de Catia afirman que durante las dos primeras semanas del último mes del año han tenido compradores “debido a que bajaron los precios y empezaron a ofrecer ofertas en calzado”.
“Tenemos ofertas de tres zapatos por veinte dólares y la gente se lleva en grandes cantidades”, aseguró José Pinto, vendedor de una tienda de zapatos.

En ese sentido, algunos vendedores explicaron a Contrapunto que “al principio no vendían lo que esperaban”, pero con el transcurso de los días empezaron a recuperar sus ventas.
Miedo al virus
Pese a que Nicolás Maduro abrió el comercio”, y los caraqueños “retomaron sus espacios”, el temor a la pandemia de coronavirus sigue presente en Venezuela: este pasado jueves se registraron 428 nuevos casos de la COVID-19, con lo que el total de contagios se eleva a 106.280.
Las medidas de prevención se mantienen en las tiendas de Catia.
“Les decimos que si no tienen tapabocas, no entran; todavía se molestan por el gel y el termómetro. No entienden que el coronavirus no se fue de vacaciones”, sentenció Pinto.

Por otro lado, se constató el comentario que Eusebio Rondón le hizo al equipo de Contrapunto sobre la multitud de personas en los alrededores de Catia.
Durante ese recorrido se pudo corroborar que tanto vendedores como compradores no portaban tapabocas y no cumplían con los protocolos de bioseguridad, reiteradas veces comunicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la administración de Nicolás Maduro.